La Unión Europea se prepara para implementar un ambicioso Plan de Salud Cardiovascular que aprovechará las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías. Esta iniciativa fue anunciada por el comisario de Sanidad y Bienestar Animal, Olivé Várhelyi, quien destacó que cada año se pierden aproximadamente 1,7 millones de vidas en la UE debido a estas enfermedades, que además generan costes sanitarios y económicos que ascienden a 280.000 millones de euros.
Durante su discurso con motivo del Día Mundial del Corazón Cardiovascular, Várhelyi subrayó la importancia de contar con la colaboración de la industria farmacéutica, así como de pacientes y profesionales de la salud. “Necesitamos la ayuda y el compromiso de todos”, afirmó el comisario, quien enfatizó que el objetivo principal es adoptar un enfoque intersectorial que abarque desde la prevención y detección precoz hasta el tratamiento y la rehabilitación.
El plan también contempla la utilización de inteligencia artificial y herramientas digitales personalizadas, abordando así las deficiencias en investigación e innovación y las desigualdades que existen entre los distintos Estados miembros y grupos de población. Recientemente, la industria farmacéutica expresó su respaldo al Plan Europeo de Salud Cardiovascular, considerándolo un impulso político crucial para mejorar la salud en la región.
El plazo para la presentación de alegaciones finalizó el 15 de octubre, por lo que ahora la Comisión Europea se centra en la redacción del texto definitivo, que podrá incluir algunas de las contribuciones recibidas de los sectores involucrados. Várhelyi enfatizó que “es hora de tomar medidas”, recordando que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Europa y que la Comisión Europea ya está destinando más de 160 millones de euros a proyectos destinados a reducir la carga de estas enfermedades, así como la diabetes y la obesidad.
