Encarni Ferrero, una madre que se enfrenta a un diagnóstico de cáncer de mama, ha hecho un llamado urgente por mayor investigación en el campo oncológico. Su historia es particularmente conmovedora, ya que la enfermedad ya había marcado su vida con la pérdida de su hijo Adrián, quien falleció a los 10 años tras luchar contra un tumor cerebral.
Ferrero compartió su experiencia durante un evento de la Fundación Acepain, donde reflexionó sobre su doble batalla contra el cáncer. Aunque su diagnóstico de cáncer de mama se produjo a los 47 años, para ella no fue solo otra noticia devastadora. La angustia de haber perdido a su hijo a causa de esta enfermedad hace que su perspectiva sea aún más dolorosa.
En su emotivo testimonio, expresó que se sintió vulnerable al compartir su historia, temiendo provocar lástima. Sin embargo, el silencio del público no fue por pena, sino por empatía. “No quiero que esto se vea como una tragedia, sino como un llamado a la acción”, dijo Ferrero, quien enfatizó la necesidad de invertir en investigación que podría haber salvado la vida de su hijo.
Cuatro años después de la muerte de Adrián, ella se siente impotente al leer sobre los avances en tratamientos que no llegaron a tiempo para su hijo. “Me duele ver que las noticias sobre nuevos tratamientos no llegaron a Adrián”, afirmó Ferrero. A pesar de su propia lucha contra el cáncer, que ha tenido un pronóstico complicado en el pasado, ahora se siente agradecida por los nuevos tratamientos que le han permitido recuperarse.
La madre recordó a su hijo con cariño, mencionando que “su sonrisa eterna” sigue viva en su corazón. Adrián no solo fue su hijo, sino también un ejemplo de valentía y fortaleza. “Enfrentó su enfermedad con una madurez que a veces me desbordaba”, comentó Ferrero, destacando cómo su hijo enseñó a quienes lo conocieron a encontrar alegría incluso en los momentos más oscuros.
Durante su intervención en el Teatro Circo de Albacete, Ferrero compartió que la pérdida de un hijo es una herida que nunca sana del todo. Sin embargo, también considera que esta experiencia ha sido un valioso aprendizaje sobre la vida y la muerte. “No tengo miedo a la muerte, porque creo que volveremos a encontrarnos”, expresó, en un emotivo momento de conexión con la audiencia.
Ferrero concluyó su discurso subrayando la importancia de la investigación, instando a todos a apoyar los esfuerzos que podrían evitar que otras familias atraviesen el mismo dolor que ella. “Adrián era luz y pureza, y su legado vive en aquellos que lo recuerdan con amor”, finalizó, dejando un mensaje esperanzador y un llamado a la acción a favor de la investigación en cáncer.