La ONU ha emitido una advertencia sobre la posible clausura de su agencia dedicada al VIH/sida, ONUSIDA, a finales de 2026. Esta situación se debe a una crisis de financiamiento y a una reestructuración interna que enfrenta la organización. El aviso fue dado a conocer a través de un documento publicado en línea, en el cual se indica que ONUSIDA podría “extinguirse” al final del próximo año.
El documento, revelado el jueves, es parte de una serie de propuestas que la ONU presentará a los Estados miembros para su consideración. Según el informe, se contempla que la experiencia acumulada por ONUSIDA sea transferida al sistema más amplio de la ONU a partir del año siguiente.
La reestructuración ocurre en un momento crítico, ya que la ONU se enfrenta a las consecuencias de los recortes en la ayuda exterior provenientes de Estados Unidos durante la administración de Donald Trump. Esto ha impactado severamente a las agencias humanitarias que dependen de ese financiamiento.
En respuesta a la situación, ONUSIDA ha comunicado que ya cuenta con un plan de transición en marcha, que incluye una reducción del 55% en su personal a corto plazo, además de una revisión programada para 2027 que podría llevar a su eventual cierre.
El informe de la ONU, elaborado por el secretario general, enfatiza que cualquier decisión sobre un calendario acelerado para el cierre de ONUSIDA deberá ser aprobada por la junta de dicha agencia. ONUSIDA inició sus operaciones en 1996 y ha sido un actor fundamental en la lucha contra el VIH/sida.
Desde la aparición de los primeros casos de VIH hace más de 40 años, se han registrado 88 millones de infecciones y 42 millones de muertes relacionadas con el sida, según datos de la organización. Sin embargo, gracias a la implementación de nuevos tratamientos y al mejor acceso a la atención médica, las muertes vinculadas al sida se han reducido a la mitad, pasando de 1.3 millones en 2010 a 630,000 en 2023.
A pesar de estos avances, ONUSIDA advierte que casi una cuarta parte de las personas que viven con el VIH carecen de acceso a estos tratamientos vitales y que las nuevas infecciones están aumentando en algunas regiones del mundo. “El sida no se ha acabado; la respuesta mundial al sida ha sido alterada en los últimos meses”, señala el comunicado de ONUSIDA, subrayando que aún queda mucho por hacer para alcanzar el objetivo de erradicar el sida para el año 2030.