La reciente descertificación de Colombia en la lucha contra el narcotráfico ha generado un fuerte debate y reacciones diversas, especialmente por parte del presidente Gustavo Petro, quien ha defendido la decisión de suspender las extradiciones de narcotraficantes en medio de procesos de paz avanzados en el país. El embajador de Estados Unidos en Colombia, John McNamara, exigió la reactivación de estas extradiciones como condición para recuperar la certificación en la lucha antidrogas.
Reacciones y medidas de EE. UU.
McNamara hizo énfasis en la necesidad de reducir los cultivos ilícitos y aumentar las incautaciones de narcóticos para que Estados Unidos considere restablecer su apoyo a Colombia. “Pedimos restablecer con urgencia las extradiciones de narcoterroristas, eliminando las suspensiones actualmente vigentes”, indicó en un tono que refleja la preocupación de Washington sobre el avance del narcotráfico en Colombia.
En respuesta, Petro subrayó que la legislación colombiana permite suspender extradiciones cuando hay procesos de paz en marcha. A través de su cuenta de X, el presidente mencionó que ha firmado hasta 400 extradiciones desde que asumió el cargo, pero dejó claro que hay tres casos específicos en los que ha decidido no proceder debido a la situación de paz en esos contextos. “La ley colombiana establece que si hay procesos de paz avanzados, entonces la extradición se suspende”, escribió.
Impacto de la descertificación en las relaciones bilaterales
Durante un evento llamado “Fomentando negocios entre Colombia y Estados Unidos”, McNamara destacó que la descertificación afectaría no solo la lucha contra las drogas, sino también las actividades económicas y comerciales entre ambas naciones. La reducción de cultivos de coca ha sido un tema crítico, registrándose una caída en las incautaciones de narcóticos que pasaron del 54% en 2021 al 39% en 2022, lo que refleja una tendencia preocupante para la seguridad regional.
El embajador fue contundente al señalar que las decisiones del Gobierno colombiano son cruciales para el futuro de las relaciones bilaterales. “El camino que elijamos, juntos o por separado, tendrá profundas consecuencias para ambos países”, advirtió, sugiriendo que la cooperación es esencial para enfrentar los desafíos comunes.
Por su parte, Petro no ha eludido la crítica y, en un nuevo mensaje, se refirió a los partidos políticos que han cuestionado su postura, acusándolos de apoyar un gobierno extranjero en lugar del elegido por las mayorías colombianas. “Cipayos”, sentenció en su publicación.
Las tensiones entre el gobierno colombiano y la administración estadounidense reflejan un momento complejo en la política antidrogas, donde las decisiones de ambos lados tendrán un impacto significativo en la seguridad y la estabilidad de la región.