El psicólogo clínico y especialista en trastornos del aprendizaje, Rafa Guerrero, estará presente este lunes en Murcia para participar en la segunda edición de la Escuela de Familias, un evento organizado por la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad. Esta edición se centrará en el uso de tecnologías y su impacto negativo en la salud mental y el desarrollo emocional de los jóvenes.
Guerrero destaca la necesidad de que los padres cuenten con herramientas adecuadas para gestionar los conflictos familiares. A menudo, se enfrentan a situaciones desafiantes, como las rabietas de los niños o la adicción a los dispositivos móviles, sin los recursos necesarios para abordarlas adecuadamente. “Los adultos somos responsables de cuidar y proteger a nuestros hijos, pero muchas veces no sabemos cómo hacerlo”, señala.
Recientemente, se ha observado un aumento en los problemas de conducta, que antes se asociaban mayormente con la adolescencia, pero que ahora se presentan en niños más pequeños. “Este es un problema global que afecta a todas las edades, desde la infancia hasta la adultez”, afirma Guerrero. La pandemia de COVID-19 ha incrementado la conciencia sobre la importancia de la salud mental y el bienestar familiar, aunque muchos aún carecen de los recursos necesarios para enfrentar estos desafíos.
El psicólogo menciona que detrás de cada diagnóstico hay una historia que debe ser comprendida. “Es fundamental entender por qué un adolescente se refugia en las redes sociales o se comporta de manera agresiva”, añade. La falta de tiempo y espacio para la comunicación familiar agrava la situación, generando un ambiente propenso a traumas y conflictos emocionales.
Guerrero también subraya la importancia de contar con más profesionales capacitados en los colegios para detectar y abordar problemas antes de que se agraven. “Los profesores enfrentan una carga de trabajo pesada y a menudo no tienen el tiempo ni los recursos para ayudar a los estudiantes que atraviesan situaciones difíciles”, explica. Este enfoque en la educación emocional es crucial, ya que las habilidades sociales son tan necesarias como los conocimientos académicos.
En el contexto actual, los jóvenes tienden a buscar respuestas a sus problemas a través de tecnologías como Chat GPT. Aunque Guerrero reconoce que estas herramientas pueden ser útiles si se utilizan correctamente, también advierte sobre los peligros de la dependencia de la tecnología para resolver problemas emocionales. “Las tecnologías en manos de menores pueden ser un cóctel muy peligroso”, enfatiza.
A pesar de que algunas comunidades autónomas están implementando regulaciones para limitar el uso de pantallas en las escuelas, Guerrero cuestiona qué medidas se están tomando fuera del entorno escolar. “Es como intentar que tus hijos mantengan hábitos saludables en casa, sabiendo que en otros espacios pueden no hacerlo”, concluye. La realidad es que muchos adultos también tienen dificultades para gestionar dispositivos inteligentes, lo que plantea preguntas sobre la idoneidad de permitir su uso a menores de edad.
