La resistencia a antibióticos representa una grave amenaza para la salud pública, advirtió el coordinador del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes de la UNAM, Samuel Ponce de León Rosales. En una reciente conferencia, señaló que, de no tomar medidas, se estima que para el año 2050 podrían ocurrir hasta 10 millones de muertes anuales a causa de infecciones resistentes a estos medicamentos.
Ponce de León Rosales enfatizó que la solución principal para frenar el aumento de la resistencia microbiana es reducir drásticamente el uso y la prescripción de antibióticos. Desde el descubrimiento de la penicilina en 1928, el uso de antibióticos ha crecido de manera constante, aunque muchas veces de forma inadecuada e indiscriminada, lo que ha llevado a un aumento alarmante de la resistencia antimicrobiana.
Este fenómeno representa un riesgo constante no solo para la salud pública, sino también un desafío significativo para la práctica médica y una posible crisis económica. Los antibióticos son esenciales para prevenir y tratar infecciones tanto en humanos como en animales, pero su uso incorrecto tiene repercusiones graves para todos.
Durante la sesión moderada por Carol Hernández Rodríguez, investigadora del Programa Universitario de Bioética, el experto explicó que la resistencia es un resultado natural de la interacción microbiana. Este proceso se agrava por el uso industrial de antibióticos, su persistencia en el medio ambiente y su uso clínico intensivo, lo que culmina en infecciones que se vuelven resistentes.
Las bacterias desarrollan resistencia de diferentes maneras, como produciendo enzimas que descomponen los antibióticos, mutaciones que alteran los sitios de unión, o expulsando los antibióticos de su interior. Estas condiciones llevarán a que tratamientos que antes eran simples se conviertan en riesgosos.
Ponce de León Rosales destacó que los antibióticos son un recurso no renovable. La falta de medicamentos efectivos afectará la complejidad de cirugías, limitará los trasplantes y hará que heridas simples representen un alto riesgo de mortalidad. La mortalidad por condiciones como diabetes e infecciones dentales podría aumentar drásticamente si no se controla esta crisis.
Antes del uso de antibióticos, la mortalidad por neumonía alcanzaba el 35 por ciento, mientras que hoy es inferior al 10 por ciento. En el caso de infecciones cardíacas, la tasa de mortalidad era del 100 por ciento, y ahora es menos del 25 por ciento. Esto resalta la importancia de estos medicamentos en la medicina moderna.
El médico hizo un llamado a restringir el uso de antibióticos, sugiriendo la necesidad de una reflexión cuidadosa por parte de quienes los prescriben. Si bien la distribución de la riqueza influye en el acceso a estos medicamentos, la resistencia se extiende a nivel global, por lo que es necesario un esfuerzo conjunto entre la industria, academia, autoridades regulatorias, el sector público, el gobierno federal y la sociedad en general.