Con el final del verano y la llegada del otoño, es fundamental realizar un chequeo de la piel. Los veranos se han vuelto más prolongados, y con ello, la exposición al sol se incrementa, lo que puede resultar en efectos nocivos si no se toman las debidas precauciones. Los especialistas sugieren que este es el momento ideal para visitar al dermatólogo y evaluar la salud cutánea, así como para implementar cuidados específicos que protejan la piel durante todo el año.
A pesar de que cada vez más personas son conscientes de la necesidad de mantener buenos hábitos de cuidado de la piel, es importante recordar que la piel tiene memoria. El daño celular acumulado, especialmente por la exposición solar, puede tener consecuencias graves a largo plazo. La mayoría de la población no considera que la protección solar sea necesaria fuera de la temporada de verano, lo que incrementa el riesgo de quemaduras y enfermedades dermatológicas, incluyendo cáncer de piel, como señala el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La dermatóloga Elena Luengo, directora de Innovación de Cigna Healthcare en España, enfatiza que “la revisión de la piel durante todo el año debe convertirse en un hábito más de nuestra vida”. La alta exposición al sol puede dar lugar a lesiones cutáneas y otros problemas, así como a carcinomas. La tecnología actual desempeña un papel crucial en la prevención de estas lesiones al ofrecer herramientas avanzadas para diagnóstico y tratamiento, facilitando también la educación sobre el cuidado de la piel.
Razones para visitar al dermatólogo en otoño
Los expertos de Cigna Healthcare presentan tres razones clave para programar una revisión con el dermatólogo en esta época del año. En primer lugar, la exposición a los rayos ultravioleta puede causar daños visibles en la piel, incluyendo erupciones o enrojecimiento. Además, ciertos medicamentos y productos cosméticos pueden contener sustancias que hacen la piel más sensible al sol, aumentando el riesgo de reacciones adversas.
En segundo lugar, es esencial prestar atención a las áreas más expuestas al sol, como manos, brazos y rostro. Observar cualquier cambio en el tamaño, forma o color de lunares y pecas puede ser crucial para detectar problemas de salud, como el melanoma. La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) recomienda realizar revisiones periódicas para descartar patologías derivadas de la sobreexposición solar.
Finalmente, consultar a un dermatólogo es esencial para asegurar que los productos utilizados para la recuperación de la piel sean los adecuados. Herramientas tecnológicas, como el corneómetro, permiten evaluar el nivel de hidratación de la piel y determinar si son necesarias medidas adicionales para restaurar la barrera cutánea.