Las vacunas contra la gripe, COVID-19, neumococo y herpes zóster ya están disponibles en los centros de salud de Castilla-La Mancha. Se ha establecido un grupo prioritario que incluye a aquellos pacientes que padecen diabetes, cáncer y enfermedades reumáticas, quienes son más vulnerables a infecciones oportunistas.
Los pacientes inmunodeprimidos enfrentan un mayor riesgo de complicaciones, tales como enfermedades respiratorias que pueden desembocar en hospitalizaciones. Por lo tanto, la vacunación se vuelve esencial para prevenir complicaciones graves, como infecciones cutáneas o neumonía. El grupo interdisciplinario que participó en el reciente webinar sobre “Vacunación en pacientes inmunodeprimidos”, organizado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería (CGE), ha enfatizado esta necesidad.
En el ámbito de la reumatología, Patricia García, enfermera especialista, señala que las infecciones son complicaciones comunes en pacientes reumatológicos debido a sus patologías autoinmunes y los tratamientos que reciben. La falta de vacunación incrementa su exposición a infecciones prevenibles, lo que puede agravar su condición.
En oncología, Raquel Badillo, enfermera de práctica avanzada, explica que la enfermedad oncológica ya compromete el sistema inmunológico del paciente, y la quimioterapia puede agravar la situación al producir citopenias. Esto convierte a los pacientes oncológicos en un grupo más susceptible a contagios y complicaciones que podrían llevar a hospitalizaciones o, en casos extremos, al fallecimiento.
Los pacientes con diabetes, aunque no se consideran inmunodeprimidos en el sentido clásico, tienen un sistema inmunológico que puede alterarse, especialmente en situaciones de estrés. Esto puede afectar su control metabólico y llevar a consecuencias graves, como afirma María José Menor, enfermera experta en diabetes.
Las vacunas recomendadas para pacientes oncológicos incluyen hepatitis B, COVID-19, gripe y herpes zóster, aunque se debe evitar el uso de vacunas de virus vivos atenuados. Badillo agrega que lo ideal es que los pacientes actualicen su calendario de vacunación antes de iniciar la quimioterapia, y durante los ciclos de tratamiento se deben tomar precauciones para minimizar la toxicidad hematológica.
Para los pacientes reumatológicos, es crucial aprovechar lo que se denomina “ventana inmunológica”, el período en el que el paciente presenta menor tratamiento inmunosupresor, para administrar las vacunas. Esto aumenta las probabilidades de respuesta del sistema inmune a la vacunación, como destaca García. La estrategia de vacunación para pacientes diabéticos debe adaptarse a factores como edad y condición clínica.
En resumen, la vacunación se presenta como una herramienta vital para la prevención de infecciones en estos grupos vulnerables, destacando la necesidad de una mayor educación sobre la importancia de la inmunización en pacientes con enfermedades crónicas.
