El Instituto del Agua (Inagua) ha concretado un acuerdo clave con varios municipios para que estos comiencen a pagar por el servicio de saneamiento de aguas residuales, un paso que podría transformar la gestión del agua en la región. El director de Inagua, Noel Mata Atilano, anunció que el convenio con el Organismo Operador de la Capital, MIAA, establece un precedente histórico, ya que desde la creación de este ente no existía un documento formal que regularizara dichas aportaciones.
El acuerdo estipula que MIAA pagará 1.30 pesos más IVA por cada metro cúbico de agua saneada. Este costo, que se encuentra por debajo del valor real que asciende a entre 2.80 y 3 pesos, será complementado con recursos estatales. Esto asegura que el servicio no impacte negativamente las finanzas municipales, al tiempo que garantiza ingresos mínimos para el mantenimiento operativo de las plantas de tratamiento.
Interés creciente de otros municipios
Mata Atilano destacó el interés de otros municipios, como San Francisco de los Romo, Pabellón de Arteaga y Calvillo, que están en pláticas con el Instituto para formalizar convenios similares en el corto plazo. Este esquema no solo proporcionará recursos adicionales para el mantenimiento y la reparación de equipos, sino que también marcará un avance significativo en la gestión del agua en el estado.
Actualmente, en el estado operan 24 de las 33 plantas de tratamiento; las nueve restantes enfrentan problemas significativos, como fallas en equipos esenciales, que van desde bombas hasta sopladores. Algunos de estos equipos han llegado al final de su vida útil, lo que complica aún más la situación. A pesar de estos desafíos, el titular de Inagua aseguró que se trabaja arduamente para mantener la infraestructura en condiciones óptimas.
Desafíos en el tratamiento de aguas
El estado debería sanear alrededor de 70 millones de metros cúbicos de agua al año, pero actualmente solo se logran tratar 40 millones, lo que genera un déficit considerable en la capacidad de saneamiento. De este volumen tratado, apenas un 2 por ciento se reutiliza, principalmente en parques, viveros y servicios públicos, mientras que el resto se descarga en ríos y arroyos para mantener un gasto ecológico, lo que subraya la urgencia de mejorar la infraestructura y los procesos de tratamiento.
Este acuerdo entre el Inagua y los municipios es un paso positivo hacia un manejo más eficiente del agua, vital para el desarrollo sostenible de la región y para asegurar el bienestar de la población. Un cambio necesario que, sin duda, merece la atención y el compromiso de todos los actores involucrados.