El 10 de septiembre, la Arquidiócesis de Morelia emitió un comunicado en el que condenó enérgicamente el ataque armado ocurrido en Zinapécuaro, donde dos sacerdotes fueron agredidos por individuos armados mientras se encontraban en un vehículo. Este incidente, que tuvo lugar en un contexto de creciente violencia en la región, resalta la urgencia de abordar la inseguridad que afecta a la comunidad.
Detalles del ataque y respuesta inmediata
Durante el ataque, uno de los sacerdotes sufrió lesiones en ambas piernas, pero a pesar de la gravedad de su estado, logró avanzar varios kilómetros junto a su colega hasta encontrar un lugar seguro. Desde ahí, se pusieron en contacto con la Fiscalía General del Estado, que actuó con rapidez, brindando asistencia y trasladando a ambos a Morelia, donde se reporta que se encuentran fuera de peligro.
La Arquidiócesis enfatizó que estos actos de violencia no solo afectan a los individuos directamente involucrados, sino que también comprometen la paz social y el derecho a la seguridad de todos los ciudadanos. La realidad es que la violencia se ha vuelto una constante en varias regiones de Michoacán, lo que lleva a las autoridades y a la sociedad civil a buscar soluciones efectivas.
Un llamado a la paz y la transformación social
En su comunicado, la iglesia local hizo un llamado a las autoridades para que intensifiquen sus esfuerzos en la creación de una sociedad más segura, donde prevalezcan la paz y el respeto por la vida. La Arquidiócesis también solicitó oraciones por la transformación de los autores de este ataque y por todos aquellos que fomentan la violencia en el estado.
El ataque refleja una problemática profunda que afecta la convivencia en la comunidad, y es un recordatorio de la necesidad de trabajar en conjunto para erradicar la violencia. La Arquidiócesis de Morelia reafirmó su compromiso con la paz y el bienestar común, insistiendo en que la violencia no tiene cabida en una sociedad que busca la armonía y el desarrollo.