El Informe anual sobre Antisemitismo en la Argentina 2024 de la DAIA revela un incremento del 15 % en comparación con 2023. Este aumento se ha visto reflejado en gran parte en el ámbito digital, especialmente en las redes sociales, aunque también se han reportado incidentes en espacios físicos, como escuelas.
La hostilidad hacia la comunidad judía se ha intensificado en el contexto virtual, donde un simple comentario de odio puede tener repercusiones en el mundo real, generando angustia y sufrimiento. Aunque esta no es una problemática nueva, el actual fenómeno destaca por su magnitud: vivimos en una era en la que miles de millones de dispositivos y plataformas digitales amplifican cualquier acto de discriminación.
La violencia verbal, física y digital se ha vuelto común, documentándose en situaciones relacionadas con el fútbol, la educación y la política. Un estudio indica que WhatsApp es la aplicación donde se registra el mayor hostigamiento entre menores, y TikTok es la plataforma con más contenido violento, seguida por X, Facebook y Snapchat. Según datos del Centro de Estudios en Ciberentornos y Sociedad Digital de BTR Consulting, el 65 % de los encuestados afirmó haber vivido algún tipo de violencia o hostigamiento en entornos digitales.
Particularmente alarmante es el dato que revela que una de cada cinco niñas y mujeres jóvenes dejó de usar o redujo su actividad en redes sociales tras sufrir ataques relacionados con su apariencia, etnia, religión u orientación sexual.
El antisemitismo en Argentina es una de las formas de hostilidad más antiguas y persistentes de la historia del país, presente desde la época colonial hasta nuestros días. A dos años del ataque de Hamas en Israel, que resultó en 1.200 muertos, es vital reafirmar la necesidad de proteger al Estado de Israel y a la comunidad judía.
El Holocausto debe ser un recordatorio constante de las atrocidades que pueden surgir de un sistema criminal que persigue a las personas por su origen étnico, religión o creencias. Durante este evento, aproximadamente 17 millones de personas, incluidos judíos, civiles rusos y otros grupos, fueron asesinadas.
Hoy en día, la desinformación y los discursos de odio en las redes sociales siguen alimentando el antisemitismo. La ignorancia y la falta de conocimiento histórico, combinadas con la incapacidad de aceptar la diversidad y los derechos humanos, perpetúan el odio y la discriminación. Es fundamental centrar los esfuerzos en moderar contenidos falsos y en promover la educación y la memoria histórica para prevenir que estas tragedias se repitan.