Conducir en condiciones de lluvia presenta más peligros de lo que muchos podrían imaginar. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha destacado que la lluvia puede ocasionar una significativa disminución de la visibilidad y convertir las carreteras en superficies resbaladizas. Además, el tiempo de frenado se incrementa considerablemente. Por ejemplo, a una velocidad de 90 kilómetros por hora, se requieren 32 metros adicionales para detener un vehículo en lluvia en comparación con asfalto seco.
Con el objetivo de reducir los accidentes, la DGT ha emitido una serie de recomendaciones para asegurar una conducción más segura durante la lluvia. Uno de los aspectos más importantes es la visibilidad. Los conductores deben asegurarse de que su parabrisas esté limpio y en buen estado. Es fundamental revisar las escobillas del limpiaparabrisas antes de que comience a llover, especialmente si no se han utilizado en un tiempo prolongado. Asimismo, el nivel del líquido del limpiaparabrisas debe ser el adecuado.
Otro problema común durante la lluvia es el empañamiento de los cristales. La combinación de frío y humedad puede provocar una pérdida rápida de visibilidad. Los expertos sugieren activar simultáneamente la calefacción y el aire acondicionado, dirigiendo el aire hacia el parabrisas para eliminar la condensación. Es crucial asegurarse de que las salidas de aire estén abiertas y funcionando correctamente.
La iluminación del vehículo también juega un papel esencial en la seguridad al conducir bajo la lluvia. La DGT aconseja revisar todas las luces antes de iniciar un viaje, no solo para evitar deslumbrar a otros conductores, sino también para garantizar que el propio conductor tenga una buena visibilidad. Aquellos vehículos que no cuentan con luces diurnas deben mantener activas las luces de cruce mientras llueve. Un estudio realizado por la Universidad de Monash en Australia reveló que conducir con las luces encendidas durante el día puede disminuir el riesgo de accidente en un 8.8%.
Los neumáticos y los frenos son igualmente cruciales. Dado que los neumáticos son el único punto de contacto con la carretera, es vital que su profundidad de dibujo no baje de 3 mm, aunque la normativa establece un mínimo de 1.6 mm. Unos neumáticos en mal estado aumentan el riesgo de acuaplaning, que ocurre cuando el vehículo pierde contacto con la carretera debido a la acumulación de agua.
Antes de salir, es recomendable consultar las previsiones meteorológicas y evitar áreas donde se acumulen charcos. Además, se debe eliminar cualquier distracción y mantener la concentración en la conducción, evitando movimientos bruscos.
La DGT recuerda que la conducción bajo la lluvia puede ser extremadamente peligrosa si no se toman las precauciones adecuadas. Siguiendo sus recomendaciones, se puede minimizar el riesgo de accidentes y garantizar una experiencia de conducción más segura.