Un tenso momento se vivió en la colonia Colinas de Santiago en Monclova, cuando un conductor estuvo a punto de ser linchado por los vecinos tras atropellar a un niño que jugaba en la calle. El incidente, que ocurrió en la noche sobre la calle Cerro de la Gloria, involucró a Juan Javier Rodríguez González, un hombre de 53 años residente en la colonia Otilio Montaño.
El conductor, al mando de una camioneta GMC gris, fue señalado por los testigos de atropellar al menor, lo que desató la furia de los presentes. El padre del niño, en estado de conmoción, reaccionó violentamente asegurando que Javier intentaba huir. Varios vecinos intervinieron, sujetando y golpeando al conductor hasta dejarlo gravemente herido.
Mientras tanto, el menor fue inmediatamente trasladado por su padre al Hospital de Cruz Roja en un vehículo particular para recibir atención médica. Afortunadamente, el niño no sufrió heridas de gravedad, aunque el susto fue considerable. Paralelamente, el Heroico Cuerpo de Bomberos acudió al lugar para auxiliar a Juan Javier, quien presentaba diversas contusiones.
En un giro inesperado, la madre del niño se acercó al conductor para ofrecer disculpas, explicando que su esposo había reaccionado impulsivamente por el temor de que su hijo estuviera gravemente herido. Este gesto de conciliación ayudó a calmar los ánimos en el lugar.
Intervención de las Autoridades
Ante la situación, elementos de la Policía Municipal se presentaron rápidamente para restablecer el orden y evitar que la situación escalara. Las autoridades decidieron trasladar a Juan Javier bajo custodia a la Clínica 7 del IMSS para una evaluación médica más exhaustiva y asegurar su integridad ante posibles represalias.
El incidente ha desencadenado una investigación por parte de las autoridades pertinentes para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades. Este desafortunado evento resalta la importancia de la prudencia tanto en el manejo de vehículos como en la reacción ante situaciones críticas.
Lo ocurrido en Colinas de Santiago, aunque no se tradujo en una tragedia mayor, es un recordatorio de los riesgos que conlleva la falta de atención en las calles, así como la necesidad de mantener la calma en momentos de crisis. La comunidad espera que el caso se resuelva de manera justa, reflejando así un aprendizaje para todos los involucrados.
