La tragedia ha tocado a la comunidad de Chimalhuacán, donde se ha confirmado el feminicidio de una niña de apenas dos años, identificada como Leticia. La noche del 8 de julio, las autoridades detuvieron a su madre, Alma Sofía “N”, de 22 años, y a su padrastro, Brayan Jesús “N”, de 23 años, quienes son señalados como los presuntos responsables del crimen.
El hallazgo del cuerpo de Leticia fue el resultado de una denuncia alarmante realizada por su hermana mayor, de solo cinco años, quien alertó a su abuela sobre la situación en su hogar. Esta denuncia fue crucial para que las autoridades iniciaran una investigación que culminó en la localización del cuerpo de la menor el pasado 2 de julio, enterrado en una vivienda de la colonia Corte Lomas de San Pablo.
La investigación fue llevada a cabo por elementos de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y Tránsito Municipal de Chimalhuacán, en colaboración con la Fiscalía Especializada en Feminicidios. Durante el operativo de búsqueda, las fuerzas del orden encontraron el cuerpo y lograron establecer la conexión con los detenidos.
El escenario del crimen ha generado inquietud entre los vecinos de la colonia, quienes han señalado que las niñas, frecuentemente, se encontraban solas en la calle sin supervisión adulta. Esta situación ya había despertado preocupaciones entre los habitantes del área, quienes ahora enfrentan la dura realidad de la violencia que afecta a sus comunidades.
Durante la detención, tanto Alma como Brayan intentaron sobornar a los oficiales para evitar su aprehensión, lo que ha llevado a que también se les impute el delito de cohecho. Actualmente, los detenidos se encuentran a disposición de un juez, quien en las próximas horas determinará su situación jurídica.
La tragedia de Leticia es un recordatorio sombrío de los desafíos que enfrenta la sociedad en términos de violencia y protección infantil. La Fiscalía ha prometido seguir investigando el caso con rigor y ha instado a la comunidad a seguir denunciando situaciones que amenacen el bienestar de los menores.
En un país donde los feminicidios siguen siendo una problemática alarmante, la historia de Leticia resuena como una llamada a la acción, tanto para las autoridades como para la sociedad civil, que debe permanecer alerta y comprometida con la protección de los más vulnerables.