La noche del 27 de agosto de 2024, Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec, fue escenario de un brutal doble homicidio que conmocionó a la comunidad. Dos hermanos, Epifanio A.E. y José L.A.E., propietarios de la taquería “Los Jarochos”, perdieron la vida tras ser atacados por un grupo armado que irrumpió en su negocio, ubicado en Prolongación 16 de Septiembre, colonia Felipe Pescador.
De acuerdo con la información proporcionada por la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), uno de los hermanos fue asesinado en la entrada del local, mientras que el otro falleció en el interior minutos después de atender a algunos clientes. Este crimen dejó a los vecinos en estado de shock, dado el nivel de violencia involucrado.
En el lugar de los hechos, las autoridades hallaron cartulinas con mensajes amenazantes, supuestamente firmadas por una célula criminal encabezada por el conocido “Comandante Cromo”, reconocido por su papel como generador de violencia organizada en la región. Esta evidencia sugiere que el doble homicidio podría estar relacionado con un ajuste de cuentas entre grupos delictivos.
Tras varios meses de investigación, la Vicefiscalía Regional del Istmo logró identificar a J.J.O., alias “El Campanita” o “Chupeta”, como el presunto responsable de los asesinatos. La indagatoria incluyó el análisis de cámaras de seguridad, testimonios de testigos y otros indicios relevantes, lo que permitió a las autoridades solicitar y obtener una orden de aprehensión en su contra.
La detención fue ejecutada por elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), quienes llevaron a J.J.O. ante la autoridad competente para determinar su situación jurídica y posible vinculación a proceso. Este arresto se considera un avance importante en la investigación del caso, aunque también pone de manifiesto los desafíos persistentes en materia de seguridad y justicia en el Istmo de Tehuantepec.
La región ha estado enfrentando un aumento sostenido en la violencia organizada, lo que ha impactado directamente a comerciantes y ciudadanos. Durante 2024, los informes oficiales destacan que la mayoría de los delitos son resultado de ajustes de cuentas entre células delictivas, generando un clima de miedo y desconfianza en la población.
Expertos en seguridad advierten que, aunque la detención de “El Campanita” es significativa, no sustituye la necesidad de implementar políticas de prevención ni de fortalecer las instituciones de seguridad en el Istmo. La vulnerabilidad de los comerciantes frente a la violencia organizada se ha vuelto alarmante, haciendo urgente la creación de estrategias integrales que combinen prevención, investigación y desarticulación de grupos criminales.
“Cada detención es un paso hacia la justicia, pero garantizar la seguridad en el Istmo requiere acciones sostenidas y efectivas”, afirmó un especialista en criminología, subrayando la necesidad de una coordinación institucional robusta para enfrentar este problema estructural de manera efectiva.
































































