Una noticia que está causando revuelo en el ámbito cultural europeo: el Consejo de Administración de RTVE ha aprobado este martes la propuesta de su presidente, José Pablo López, para que España se retire de la próxima edición de Eurovisión, que se llevará a cabo en primavera de 2026 en Viena, si Israel participa en el certamen. Esta decisión, comunicada a través de un comunicado oficial, fue respaldada por una mayoría absoluta en el órgano de administración de la Corporación, que cuenta con 15 miembros de diversos partidos políticos, logrando 10 votos a favor, 4 en contra y 1 abstención.
Contexto de la decisión
Con esta medida, España se convierte en el quinto país en confirmar su retirada de Eurovisión si Israel forma parte del evento, siguiendo el ejemplo de Países Bajos, Eslovenia, Islandia e Irlanda. Además, se posiciona como el primero entre los conocidos como ‘Big Five’, que incluye a Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido, todos ellos los mayores contribuyentes financieros a la Unión Europea de Radiodifusión (UER).
La cadena pública ha aclarado que esta decisión “no altera los planes” respecto al Benidorm Fest, el festival que selecciona al representante español para Eurovisión, el cual se ha consolidado como un evento con identidad propia y celebrará su quinta edición el próximo año.
Reacciones y repercusiones
La adopción de esta medida se produce en un contexto de creciente tensión social y política, en medio de las manifestaciones propalestinas que han tenido lugar en Madrid. Grupos como Sumar, Más Madrid y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, han exigido la expulsión de Israel del certamen, criticando el “genocidio” que el gobierno de Netanyahu está llevando a cabo en Gaza.
El director de la radio pública israelí, Kan, ha rechazado la idea de que Israel se retire de Eurovisión, argumentando que “no hay razón para que Israel no siga siendo una parte importante de este evento cultural, que no puede volverse político”.
La decisión de RTVE resuena en un momento en que la Comisión Independiente de Naciones Unidas ha calificado de “genocidio” la ofensiva israelí en Gaza, lo que añade una capa de complejidad a la discusión sobre la participación de Israel en eventos internacionales. A medida que se acercan las fechas del festival, las repercusiones de esta decisión podrían extenderse más allá de la música, tocando fibras sensibles en el ámbito social y político.
