La Casa Blanca ha elevado su retórica contra el gobierno de Nicolás Maduro, acusándolo de dirigir operaciones de narcotráfico con destino a Estados Unidos. En una declaración reciente, la portavoz Karoline Leavitt reafirmó que la administración de Donald Trump considera al régimen venezolano como “ilegítimo” y que no permitirá que drogas “ilegales y letales” crucen a su territorio. Esta postura se presenta en un contexto de creciente tensión bilateral.
Incidentes recientes y respuesta venezolana
Las declaraciones de Leavitt se producen tras el ataque naval del 2 de septiembre de 2023, cuando fuerzas estadounidenses interceptaron y destruyeron una lancha proveniente de Venezuela que transportaba a 11 supuestos integrantes del Tren de Aragua. Según la versión de Washington, el cargamento podría haber ocasionado miles de muertes por sobredosis, convirtiéndose en un nuevo punto de fricción en unas relaciones ya tensas.
En respuesta, el gobierno de Maduro condenó el ataque, acusando a Estados Unidos de llevar a cabo una “campaña de manipulación mediática”. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) también denunció la circulación de rumores sobre un supuesto helicóptero estadounidense cerca de las costas venezolanas. A través de un comunicado, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, afirmó que tales reportes son un intento de crear un “falso positivo” que justifique una intervención militar.
Las advertencias de Maduro y la respuesta militar de EE.UU.
En medio de esta escalada, Nicolás Maduro advirtió sobre un “relato sucio” que busca convencer a los estadounidenses de apoyar una guerra en Sudamérica por el control de recursos estratégicos como petróleo, gas y oro. Maduro vinculó estas acusaciones con el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio y con Mauricio Claver-Carone, enviado especial para Latinoamérica.
Por su parte, el secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, declaró que Maduro tiene “muchas decisiones que tomar”. Durante una entrevista con Fox News, Hegseth agregó que desde hace tiempo EE.UU. está al tanto del involucramiento de Maduro en el narcotráfico, lo que se refleja en la recompensa que mantiene una corte de Nueva York por su captura.
Mientras tanto, Maduro lanzó un desafío directo a la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, quien había agradecido a Trump por considerar a la isla como una base para operaciones contra el narcotráfico. “Si usted dice que va a invadir, venga de primera”, expresó el mandatario venezolano de manera desafiante.
En el marco de estas tensiones, Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en el Caribe, con ocho barcos armados con misiles y un submarino nuclear, así como el despliegue reciente de 10 aviones de combate F-35 en Puerto Rico. Washington justifica estas acciones como parte de su lucha contra el narcotráfico y en la persecución de lo que denomina el “Cártel de los Soles”, que vincula directamente con el liderazgo de Maduro y grupos criminales como el Tren de Aragua y el cártel de Sinaloa.
