Tras el asesinato del sacerdote Bertoldo Pantaleón, de la Parroquia San Cristóbal en Mezcala, Guerrero, han surgido múltiples voces que reclaman una investigación que explore la posible relación entre su homicidio y las disputas de grupos criminales por el control de minas en la región. Este trágico suceso ha levantado preocupaciones sobre la seguridad en la zona y el impacto que el crimen organizado tiene en comunidades locales.
El crimen, ocurrido en el contexto de una creciente violencia vinculada a la explotación mineral, ha llevado a líderes comunitarios y representantes de derechos humanos a solicitar a las autoridades que tomen medidas inmediatas para esclarecer los hechos. Según los testimonios, el control territorial por parte de grupos delictivos ha intensificado las tensiones, afectando no solo a la población civil, sino también a figuras religiosas y comunitarias que abogan por la paz.
Este llamado a la acción se produce en un momento crítico en Guerrero, donde la competencia por recursos naturales ha desencadenado conflictos violentos. La comunidad espera que este caso sirva de precedente para abordar la creciente impunidad y la falta de protección para aquellos que defienden sus derechos y los de su entorno. La investigación del crimen del sacerdote podría proporcionar respuestas necesarias y ayudar a prevenir futuros actos de violencia en la región.