La lucha por encontrar a sus seres queridos desaparecidos sigue viva en México. Durante dos semanas, más de 75 personas de diversas familias se unieron en la Búsqueda Nacional en Vida, esfuerzo que resultó en 74 pistas potenciales que podrían ayudar a localizar a quienes no han regresado a casa.
En esta iniciativa, los participantes recorrieron cárceles, centros de rehabilitación, hospitales psiquiátricos y calles de seis municipios en Coahuila. Los buscadores realizaron marchas y actos de memoria, conversaron con internos de penales y con personas en situación de adicción, buscando cualquier información que les pudiera dar un rastro de sus desaparecidos.
Un caso que destacó fue el de cuatro reclusas en el penal de San Pedro de las Colonias, quienes afirmaron haber conocido a un desaparecido en un contexto de consumo de drogas. “Fueron cuatro chicas del penal que dijeron que habían convivido con él”, compartió María de la Luz López Castruita, madre buscadora y organizadora de la actividad.
Para María de la Luz, la información recogida durante los recorridos es valiosa. “Algunos los descartamos porque sabemos que no siempre dicen la verdad, pero al final quedaron 74 posibles positivos”, comentó.
Historias de Desesperanza y Resiliencia
Las historias de quienes buscan a sus seres queridos reflejan el profundo dolor y la perseverancia. Claudia Irasema García ha estado buscando a su hijo, Roberto Iván Hernández García, por casi 15 años. Desapareció en Monterrey, Nuevo León, cuando tenía 17 años, bajo circunstancias inquietantes que involucraron a supuestos policías federales.
Por su parte, Cándido de la Cruz Hernández lleva casi dos décadas buscando a su hijo Gustavo, quien desapareció sin dejar rastro. “Parece que se lo tragó la tierra. No sabemos absolutamente nada”, lamentó Cándido, quien ha recorrido el país en su búsqueda.
Juanis, también conocida como San Juana Rodríguez Agüero, busca a nueve miembros de su familia desaparecidos en Nuevo Laredo. Su historia es un reflejo de la tragedia que viven muchas familias en el país. Otra historia desgarradora es la de Lizeth Cardona Martínez, cuya vida ha estado marcada por la desaparición de su padre desde que ella tenía 15 años.
La Búsqueda como Misión Colectiva
La Búsqueda Nacional en Vida ha sido un esfuerzo colectivo que ha llevado a Claudia a recorrer estados como Jalisco y Guerrero. La motivación detrás de estos esfuerzos es clara: encontrar a sus seres queridos con vida. “Sabemos dónde desaparece, mas no sabemos dónde los vamos a encontrar”, comentó Claudia en una plaza pública, mientras sostenía pancartas en señal de protesta.
La lucha de estas familias no solo es personal. Cándido y su esposa se turnan para cuidar de sus otros hijos mientras uno de ellos busca a Gustavo. Esta logística se convierte en un desafío constante, ya que no reciben apoyo económico de su estado y deben depender de la solidaridad de colectivos locales.
Las familias enfrentan una doble ausencia. Al buscar a quienes han desaparecido, también dejan atrás a los que están a su lado, sufriendo por la ausencia de sus seres queridos. Juanis ha tenido que lidiar con el dolor de sus otros hijos, quienes sienten que su madre los abandona en su búsqueda.
A pesar de las adversidades, la esperanza se mantiene. Lizeth y su hermana Carmen han emprendido un proyecto de bordado para recordar a los desaparecidos, buscando dar un rostro a quienes han sido olvidados. “Los desaparecidos son un corazón perdido, un corazón que ha sido arrebatado del seno de su familia”, destacó Lizeth.
Este acto de memoria busca sensibilizar a la sociedad sobre la tragedia de la desaparición, demostrando que detrás de cada número hay una historia y una familia que continúa esperando. A través de su lucha, estas familias buscan no solo justicia, sino también visibilidad para su dolor y la esperanza de que algún día sus seres queridos regresen.
