La Fiscalía de la Ciudad de México ha determinado que la causa del trágico accidente ocurrido en el puente La Concordia, que resultó en la muerte de 31 personas y más de un centenar de heridos, se debe a la falta de pericia del conductor de la pipa cargada con gas LP.
El siniestro, que tuvo lugar el 10 de septiembre, fue objeto de una exhaustiva investigación. En una rueda de prensa, la institución descartó que el accidente estuviera relacionado con baches, desniveles o cualquier otro factor derivado de las condiciones de la vialidad. Según los peritajes realizados tanto a la unidad involucrada como en el área del incidente, se concluyó que una maniobra inadecuada del conductor provocó la volcadura del vehículo que transportaba 49,500 litros de gas licuado de petróleo.
De acuerdo con los informes, la pipa, perteneciente a la empresa Silza SA de CV, había salido poco después de las siete de la mañana de Tuxpan, Veracruz, con destino a una estación de descarga en Tláhuac. Las evaluaciones indicaron que el estado físico del vehículo, incluyendo los sistemas de suspensión, dirección y válvulas, se encontraban en condiciones óptimas. “Los análisis de instalaciones hidrosanitarias y de gas confirmaron que el sistema de válvulas del contenedor no presentaba fugas”, se menciona en el reporte de la fiscalía.
El estudio indica que al llegar al distribuidor vial de La Concordia, el conductor tomó un retorno a una velocidad de 44 kilómetros por hora, superando el límite permitido de 40 kilómetros. Esto provocó que el vehículo volcara sobre el muro de contención, que pesa más de 10 toneladas, desplazando dos bloques adicionales del muro y causando una fisura de 40 centímetros en el tanque. La fuga de gas resultante se extendió por más de 180 metros, y tras unos segundos, el punto de ignición se inició en el exterior, trasladándose al punto inicial, lo que desencadenó el incendio y las afectaciones a vehículos y personas en el área.
Eduardo Garduño, perito de la fiscalía, destacó que las condiciones de la vialidad, así como el trazado y la señalización, eran adecuadas, por lo que se descartó su influencia en el accidente. “El trazado de la vía, las condiciones de la carpeta asfáltica, la iluminación y los fenómenos atmosféricos no tuvieron relación directa con el hecho”, afirmó. Garduño subrayó que la falta de habilidad del conductor fue el factor determinante para no mantener el vehículo dentro del carril de circulación.
El conductor de la pipa, Fernando Soto, falleció el 16 de septiembre en el hospital Victoriano de la Fuente Narváez en Gustavo A. Madero, debido a complicaciones derivadas de quemaduras que cubrían el 90% de su cuerpo.
