En el juicio por el asesinato de Belén Cortés, los forenses del Instituto de Medicina Legal han declarado que la víctima fue atacada de manera “sorpresiva” y carecía de signos de defensa. Según su testimonio, tras la primera agresión, Belén no tuvo oportunidad de protegerse.
Durante la segunda sesión del juicio, los peritos confirmaron que la muerte de Cortés fue resultado de una “muerte violenta”. El informe forense detalla que la educadora fue golpeada inicialmente y posteriormente asfixiada con un cinturón.
El abogado de la acusación particular, Raúl Montaño, considera que estas conclusiones respaldan su argumento de que la muerte de Belén fue un asesinato, imputando este delito a los tres menores involucrados en el caso. Sin embargo, Montaño indicó que podría reconsiderar la calificación de la participación de la adolescente de 17 años tras escuchar los testimonios, alineándose con la postura del ministerio público, que la considera cómplice y no autora material, lo cual podría reducir la pena solicitada de ocho años de internamiento.
En cuanto a los otros dos menores, Montaño mantendrá su petición de seis años de internamiento para cada uno, por el delito de asesinato, que es la máxima sanción contemplada en la Ley del Menor.
Asimismo, se presentaron declaraciones de los agentes de la Policía Científica que analizaron las pruebas de ADN y las huellas encontradas en el lugar del crimen. Los forenses encargados de evaluar el estado mental de los menores afirmaron que todos son conscientes de sus actos y de las repercusiones que estos pueden tener. Montaño prefirió no hacer comentarios sobre esta evaluación, ya que es un tema reservado por la jurisdicción.
El juicio continuará este viernes, cuando las partes presenten sus alegatos finales, dejando el caso listo para sentencia.


































































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				