Geoffrey Todd West, un hombre condenado por el asesinato de Margaret Parrish Berry durante un robo en 1997, fue ejecutado el jueves en Alabama. La ejecución se llevó a cabo utilizando un método de nitrógeno gaseoso, un procedimiento que ha generado controversia en el ámbito médico y ético. Esta ejecución tuvo lugar a pesar de las súplicas de perdón del hijo de la víctima.
La pena de muerte de West se cumplió en la Instalación Correccional William C. Holman, donde el proceso comenzó alrededor de las 5:56 p.m. West, de 50 años, fue colocado en una camilla con una máscara de gas. En un momento, hizo un gesto de aprobación hacia su abogado. Cuando se le preguntó si deseaba decir unas últimas palabras, respondió “No, señor”.
Durante los primeros minutos de la ejecución, West mostró signos de dificultad respiratoria. A las 6:01 p.m., empezó a experimentar una serie de respiraciones prolongadas, con pausas significativas entre cada una, hasta que quedó inmóvil a las 6:07 p.m. Fue declarado muerto a las 6:22 p.m.
El crimen que llevó a su condena ocurrió el 28 de marzo de 1997, cuando Margaret Berry, madre de dos hijos y de 33 años, fue asesinada a disparos en la nuca mientras se encontraba en el suelo detrás del mostrador de la gasolinera Harold”s Chevron, en el condado de Etowah. Los fiscales argumentaron que la víctima fue ejecutada para eliminar testigos del robo, del cual los asaltantes obtuvieron una cantidad de dinero no especificada.
West, en una entrevista previa a su ejecución, no evadió su responsabilidad y expresó su arrepentimiento. “No pasa un día sin que me arrepienta y desee poder retroceder el tiempo”, declaró por teléfono a la Associated Press. En su declaración final, también confirmó haber pedido disculpas en privado a la familia de Berry y se mostró conmovido por el perdón que su hijo, Will Berry, le había extendido. Además, reveló que fue bautizado en la Iglesia Católica este año y que se sentía “en paz porque sé a dónde voy”.
La ejecución de West fue una de las dos llevadas a cabo esa noche en Estados Unidos, ya que Texas también ejecutó a un hombre condenado por el asesinato de una niña de 13 meses. Este evento reaviva el debate sobre la pena capital en el país y la humanidad del método de nitrógeno gaseoso, que algunos expertos critican en comparación con los métodos tradicionales de inyección letal.
El caso de Geoffrey Todd West marca el cierre de un capítulo de 28 años en el sistema de justicia penal de Alabama, resaltando las complejidades morales y emocionales que rodean la pena de muerte, especialmente en situaciones donde existe arrepentimiento y perdón por parte de los familiares de la víctima.
