Una tragedia ocurrió el 15 de marzo de 2024, cuando una explosión de una pipa que transportaba casi 50 mil litros de combustible sacudió el distribuidor vial de La Concordia, en Iztapalapa. La abuela, Alicia Matías Teodoro, se convirtió en una heroína al proteger a su nieta de apenas 2 años, quien resultó con quemaduras menores, mientras se encontraban en el paradero del Metro Santa Martha.
Según su hija, Rosa, Alicia estaba a solo diez minutos de terminar su turno como checadora de ruta en el Centro de Transferencia Modal (CETRAM) Iztapalapa. “Desde hace dos años, ella comenzó a vender dulces en el Metro y luego tomó este trabajo”, comentó Rosa, visiblemente afectada por la tragedia. La realidad es que el momento que vivieron fue aterrador, cuando las llamas alcanzaron el segundo piso del distribuidor y el paradero del metro.
Impacto del accidente y declaraciones oficiales
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, confirmó que hasta el momento se han registrado cuatro personas fallecidas a causa del accidente. El conductor de la pipa, de la empresa Transportadora Silza, perdió el control y chocó contra el muro de contención, lo que provocó la volcadura y el posterior incendio.
Las llamas se propagaron rápidamente, dejando a muchos atrapados en el caos. Alicia, quien cuidaba de su nieta mientras Rosa hacía un mandado, fue trasladada a una unidad de quemados en Magdalena de las Salinas, con el 85% de su cuerpo quemado. Su otra hija, muy preocupada, hizo un llamado a las autoridades y médicos, pidiendo ayuda desesperadamente: “Por favor, hagan todo lo posible para salvar a mi mamá, no le tocaba estar ahí”.
Este trágico incidente ha dejado una profunda huella en la comunidad de Iztapalapa, donde la valentía de Alicia se ha convertido en un símbolo de amor familiar y sacrificio. La historia de esta abuela, que se interpuso entre el peligro y su nieta, nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de cuidar a nuestros seres queridos.