La comunidad inmigrante en Chicago vive momentos de incertidumbre ante los planes del presidente Donald Trump de militarizar la ciudad, argumentando la necesidad de mayor seguridad. Esta decisión ha generado preocupación tanto entre los inmigrantes como en las autoridades locales, que se preparan para enfrentar posibles intervenciones militares.
Preparativos ante la intervención militar
Aunque no se ha confirmado la fecha exacta del despliegue militar, se ha especulado que podría comenzar esta semana y extenderse durante un mes. En respuesta, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, ha emitido una orden ejecutiva que prohíbe la colaboración entre la policía local y las fuerzas federales en cuestiones migratorias. “No queremos ver tanques en nuestras calles. No queremos familias destrozadas”, declaró Johnson durante un discurso el pasado lunes.
Grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes, como la Coalición de Illinois por los Derechos de Inmigrantes y Refugiados (ICIRR), han manifestado su disposición a luchar contra esta militarización. “Trump intenta difundir miedo, pero nosotros estamos listos para enfrentarlo”, afirmó Verónica Castro, subdirectora de la coalición. La organización ha intensificado sus esfuerzos para preparar a las comunidades inmigrantes sobre cómo actuar ante la posible llegada de tropas.
Reacciones y advertencias
El representante federal por Illinois, Jesús ‘Chuy’ García, instó a la comunidad a mantener la calma. Según García, la estrategia de Trump busca provocar conflictos y polarizar a la población. “Debemos defender la democracia y no darle lo que quiere”, mencionó durante una entrevista. Además, el político advirtió sobre la posibilidad de que el gobierno federal intente generar incidentes durante el Desfile del Día de la Independencia de México, programado para el 16 de septiembre.
La orden ejecutiva firmada por Johnson exige que las fuerzas federales respeten las normas locales, prohibiendo que los agentes migratorios oculten su identidad y obligándolos a usar cámaras corporales durante los procedimientos. “Esta orden deja claro que este presidente no va a relegar a nuestro departamento de policía”, enfatizó.
Por su parte, el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, ha reiterado que cualquier intento de militarizar la ciudad iría en contra de la ley federal y ha prometido impugnar dicha medida en los tribunales “con bastante rapidez”. “Ningún tipo de tropas en las calles es apropiado a menos que haya una insurrección”, declaró Pritzker.
El contexto es preocupante, ya que The New York Times reportó que la administración Trump planea intensificar la aplicación de la ley migratoria en Chicago mediante un operativo de 30 días. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó que se expandirán las operaciones de ICE en Chicago y otras ciudades, aunque no se aclaró si habrá un despliegue inmediato de la Guardia Nacional.
A medida que se intensifican las tensiones, la comunidad inmigrante de Chicago se prepara para enfrentar un panorama incierto, recordando que, aunque no tienen el poder del gobierno federal, sí cuentan con la fuerza del pueblo.