A un mes de la devastadora explosión en el Puente de la Concordia, la comunidad de Iztapalapa continúa lidiando con las secuelas de una tragedia que dejó 31 personas fallecidas y 9 hospitalizadas. Este incidente ocurrió el 10 de septiembre, cuando un camión de gas LP, cargado con 49 mil 500 litros, perdió el control en una curva del Distribuidor Vial La Concordia.
La explosión se produjo tras una fuga de gas que generó una nube inflamable, la cual estalló 31 segundos después del accidente. Según expertos de la UNAM, la tragedia fue provocada por la deflagración del gas disperso, y no por la explosión del tanque, lo que podría haber causado daños aún más catastróficos.
Las víctimas de este trágico evento incluyen a Alicia Matías Teodoro, una mujer de 49 años que falleció tras intentar proteger a su nieta Jaclyn Azulet, de solo dos años. Jaclyn fue trasladada al Hospital Shriners para Niños en Galveston, Texas, donde se le realizaron injertos en manos, piernas y cabeza, con resultados que han sido considerados favorables por la Fundación Michou y Mau.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha abierto una investigación para determinar las causas del siniestro. Un dictamen preliminar sugiere que la causa podría ser una falla en la válvula del camión, aunque esta información se ha mantenido reservada por tres años debido a la investigación en curso. La falta de información oficial ha generado especulaciones entre los residentes, quienes apuntan que el mal estado del pavimento y la falta de mantenimiento en la zona pudieron haber agravado el incidente.
En respuesta a esta tragedia, las autoridades han implementado nuevas regulaciones para el transporte de gas y materiales peligrosos. Estas incluyen la limitación de carga a 40 mil litros, la restricción de circulación a horarios nocturnos y la obligación de contar con sistemas de supervisión como gobernadores de velocidad y GPS.
Adicionalmente, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente ha multado a Grupo Tomza con más de 160 millones de pesos por irregularidades en sus operaciones. Esta empresa, matriz de Gas Silza, ha acumulado múltiples antecedentes administrativos, de los cuales varios han resultado en sanciones económicas significativas.
A medida que la comunidad de Iztapalapa sigue recuperándose, queda claro que hay una deuda pendiente en términos de seguridad vial y supervisión de vehículos de carga pesada, lo que podría prevenir futuras tragedias.
