En el corazón de Navarra, la localidad de Estella, también conocida como Lizarra, esconde un tesoro natural que sorprende a los visitantes: una piscina natural de agua salada llamada La Pileta. Este rincón único no solo destaca por su belleza, sino también por su acceso gratuito, convirtiéndose en un destino ideal para quienes buscan un escape fresco y diferente durante el verano.
Un oasis en medio de la historia
Estella se alza entre Pamplona y Logroño como un pueblo con un rico patrimonio cultural. Su casco histórico, bañado por las aguas del río Ega, cuenta con un trazado urbano que le ha merecido el apodo de “Toledo del Norte”. Las iglesias, palacios y plazas que adornan su paisaje no tienen nada que envidiar a los monumentos de otras localidades famosas. Sin embargo, más allá de su historia, Estella también ofrece la oportunidad de disfrutar de la naturaleza en su máxima expresión.
La Pileta es un ejemplo perfecto de ello. Alimentada por el río Ega, esta piscina natural se caracteriza por la claridad de sus aguas y un entorno de arboledas que crean un auténtico oasis para los bañistas. Lo que realmente la distingue es su composición de agua salada, un fenómeno poco común en la región, resultado de la particularidad del suelo por el que fluye el río.
Propiedades curativas y clima ideal
La temperatura del agua se mantiene constante entre 17 y 18 grados Celsius durante todo el año, lo que la hace perfecta tanto para un chapuzón veraniego como para los más atrevidos que desean probarla en primavera u otoño. La tradición local sostiene que las aguas del manantial de Agua Salada poseen propiedades curativas, especialmente beneficiosas para la piel, gracias a su alta concentración de sales. Aunque no existen estudios científicos concluyentes que respalden estas afirmaciones, quienes se sumergen en sus aguas coinciden en que el placer del baño es innegable.
Además, La Pileta se encuentra en plena ruta jacobea, lo que permite a los peregrinos y turistas disfrutar de un momento de relajación en un entorno natural que armoniza la cultura y la gastronomía navarra.
Visitar Estella es sencillo. Desde Pamplona, se necesitan aproximadamente 40 minutos por la autovía del Camino de Santiago y la A-12. Desde Logroño, el trayecto es similar, utilizando únicamente la A-12. Sin duda, este destino se convierte en una opción atractiva para quienes desean combinar historia, naturaleza y un refrescante baño en un entorno único.