La muerte de Carlos Gurrola, un empleado de limpieza de 47 años, ha conmocionado a México. Gurrola, conocido como “El Papayita”, falleció el 18 de septiembre en Coahuila tras sufrir graves complicaciones de salud, que se presume fueron ocasionadas por una bebida adulterada por sus colegas.
El incidente ocurrió el 30 de agosto mientras trabajaba en el supermercado HEB Senderos. Según su familia, Carlos se sintió mal después de consumir una bebida de electrolitos que aparentemente contenía un químico tóxico. Su hermana, Alejandra Gurrola, aseguró que las pruebas médicas mostraron daños severos en su tráquea y pulmones, lo que llevó a su hospitalización.
La situación se torna aún más alarmante debido a que los médicos señalaron que la falta de atención médica inmediata contribuyó a la gravedad de su estado. A pesar de que Carlos comenzó a presentar síntomas de intoxicación en el supermercado, no recibió ayuda médica hasta pasadas dos horas y media, lo que pudo haber complicado aún más su recuperación.
Los familiares de Carlos han denunciado que él era víctima de acoso laboral constante. Según Alejandra, sus compañeros le robaban pertenencias y lo amenazaban, lo que generaba un ambiente hostil en el trabajo. “No entendemos por qué lo trataban así, él solo quería trabajar y ayudar a mis padres”, comentó su hermana.
Tras su muerte, se ha intensificado la demanda de justicia por parte de familiares y amigos, quienes han creado la página de Facebook “Justicia para Carlos Gurrola Arguijo”. La comunidad ha comenzado a manifestarse frente a la tienda HEB, exigiendo una respuesta ante lo que consideran un caso de homicidio encubierto bajo el pretexto de una broma.
Por su parte, la cadena de supermercados HEB se ha deslindado de la situación, argumentando que Carlos era empleado de una empresa subcontratada para servicios de limpieza. Sin embargo, han manifestado su disposición a colaborar con las autoridades en la investigación.
El diputado Antonio Attolini también ha levantado la voz, señalando que los hechos no deben ser tratados como un accidente aislado y que se deben investigar las prácticas de acoso dentro del lugar de trabajo. La Fiscalía de la región ha iniciado una investigación, aunque hasta el momento no han encontrado pruebas que indiquen un delito doloso.
La indignación por la muerte de Carlos Gurrola refleja un problema más amplio de acoso laboral en México, donde muchos trabajadores aún enfrentan situaciones de violencia y abuso en sus lugares de trabajo. Los familiares de Carlos continúan exigiendo justicia y claridad en el caso, esperando que su trágica historia no quede en el olvido.