Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México reportó en 2024 un total de 33.5 millones de delitos. Este alarmante número revela la magnitud de una crisis de inseguridad que ha tenido un impacto económico significativo.
El costo total de estos delitos alcanzó los 269.6 mil millones de pesos, lo que representa aproximadamente el 1.07% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Esto se traduce en pérdidas millonarias que afectan tanto a individuos como a empresas.
El cálculo del costo promedio por persona afectada por la delincuencia fue de seis mil 226 pesos. Este promedio considera tanto las pérdidas directas resultantes de la victimización como los gastos en medidas preventivas que han adoptado hogares y negocios para protegerse.
En 2024, 23.1 millones de personas de 18 años y más fueron víctimas de algún delito, lo que equivale a 24,135 víctimas por cada 100 mil habitantes. Los delitos más frecuentes incluyeron el fraude, el robo en la calle o en el transporte público y la extorsión. Estos crímenes no solo representan un riesgo para la seguridad, sino que también impactan negativamente en la economía personal y empresarial de los mexicanos.
Un dato preocupante es la cifra negra, que se refiere a los delitos no denunciados o no investigados, alcanzó el 93.2% en 2024. Esto refleja una profunda desconfianza en las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia. De hecho, en el 79.9% de los casos denunciados, no se logró una resolución efectiva por parte de las autoridades competentes.
La tasa de victimización varió notablemente entre las diferentes entidades federativas. Las más afectadas fueron la Ciudad de México, con 54 mil 473 delitos por cada 100 mil habitantes; el Estado de México, con 48 mil 426 delitos; y Querétaro, con 45 mil 107 delitos. En contraste, las entidades con las tasas más bajas incluyeron Nayarit (21 mil 727 delitos), Baja California Sur (21 mil 922 delitos) y Campeche (22 mil 71 delitos).
La inseguridad en México no solo es una amenaza a la seguridad personal, sino que también se ha convertido en un desafío económico considerable. Las familias enfrentan un estancamiento en el consumo privado, lo que agrava aún más la situación económica del país.
En resumen, el panorama de la inseguridad en México en 2024 es alarmante, con un alto costo económico y un significativo porcentaje de delitos no reportados, lo cual plantea la necesidad urgente de abordar la confianza en las autoridades de seguridad y justicia.