Un mural en honor a Alicia Matías, la mujer que protegió a su nieta Jazlin durante la trágica explosión de una pipa de gas LP en el Puente de la Concordia, está tomando forma en Iztapalapa. El artista urbano Snoke, quien ha dedicado varios días a esta obra, busca inmortalizar el valiente acto de amor que realizó Alicia.
Un tributo artístico lleno de significado
“Estoy haciendo un mural en honor de la señora Alicia, venimos de parte del colectivo Made X La Calle”, comentó Snoke, quien enfatizó que este proyecto se llevó a cabo gracias a la colaboración de la comunidad y la gestión de materiales y espacio por parte de otros artistas como Yonerone. La obra se ubica justo al lado del puente peatonal que cruza la carretera federal México-Puebla, a pocos metros del lugar de la explosión.
Snoke, un talentoso muralista de 33 años originario de Cuernavaca, Morelos, ha estado pintando con “mucho cariño y respeto”, buscando representar no solo el heroísmo de Alicia, sino también la tristeza de la tragedia que ocurrió. “La estoy pintando acompañada de una Virgen de Guadalupe, simbolizando la protección y el amor que mostró”, agregó el artista.
Recordando la tragedia y el impacto en la comunidad
La explosión, que dejó un saldo de 14 fallecidos, ha conmovido a la población de Iztapalapa y más allá. Mientras el mural avanza, un memorial en el sitio de la tragedia sigue creciendo con veladoras y flores, mostrando la solidaridad de los vecinos y familiares que han querido rendir homenaje a las víctimas.
“Es impresionante ver cómo la comunidad se une en estos momentos difíciles”, reflexionó Snoke, quien desde los 19 años ha llevado su arte a las calles y galerías. Actualmente reside en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, y su trabajo busca conectar con las historias humanas detrás de cada mural.
Por ahora, el mural de Alicia se convierte en un símbolo de esperanza y valentía, recordando a todos que en medio de la tragedia, siempre hay espacio para el amor y la memoria colectiva. Las acciones de Alicia resonarán en las paredes de Iztapalapa, recordándonos que el heroísmo puede manifestarse de las maneras más inesperadas.
