La policía de Austin ha señalado a un nuevo sospechoso en los asesinatos de cuatro adolescentes ocurridos en 1991 en una tienda de yogurt, tras identificar a un hombre fallecido gracias a nueva evidencia de ADN. Esta información fue compartida el viernes y representa un “avance significativo” en un caso que ha permanecido sin resolver durante más de tres décadas.
Las autoridades han vinculado la evidencia forense moderna a Robert Eugene Brashers, quien se quitó la vida en 1999 durante un enfrentamiento con la policía. Brashers ha sido relacionado con varios homicidios y violaciones en distintos estados, lo que ha renovado la atención sobre este caso emblemático.
Este anuncio se produce poco después del lanzamiento de “The Yogurt Shop Murders”, una serie documental de HBO que ha reavivado el interés en este trágico suceso. La policía ha reafirmado que la investigación sigue abierta y ha convocado una conferencia de prensa para el lunes, donde se proporcionarán más detalles sobre los hallazgos.
Las víctimas, Amy Ayers de 13 años, Eliza Thomas de 17 años, y las hermanas Jennifer y Sarah Harbison de 17 y 15 años, respectivamente, fueron encontradas atadas y amordazadas, y ejecutadas con disparos en la cabeza en la tienda “I Can”t Believe It”s Yogurt”, donde dos de ellas trabajaban. Tras el crimen, los asesinos incendiaron el local para borrar las pruebas.
El 6 de diciembre de 1991, este crimen impactó a todo Texas, y desde entonces, los investigadores han seguido miles de pistas, enfrentándose a complicaciones debido a confesiones falsas que entorpecieron el caso. En 1999, cuatro hombres fueron arrestados y acusados, pero Robert Springsteen y Michael Scott, quienes eran adolescentes en el momento del crimen, se retractaron de sus confesiones iniciales, alegando coerción.
Ambos fueron condenados, pero en 2009, un juez ordenó su liberación al descubrirse un perfil de ADN no identificado en la escena del crimen.
La nueva evidencia genética ha permitido conectar a Brashers con este y otros crímenes violentos, incluyendo la estrangulación de una mujer en Carolina del Sur en 1990 y el asesinato de una madre y su hija en Missouri en 1998. Brashers falleció en 1999 tras dispararse durante una larga confrontación con la policía en un motel de Kennett, Missouri.
Este avance ilustra cómo las técnicas modernas de análisis genético están ayudando a resolver crímenes históricos que habían permanecido en la oscuridad. La perseverancia de los investigadores durante tres décadas ha proporcionado respuestas parciales a las familias de las víctimas, cerrando un capítulo crucial en uno de los casos criminales más emblemáticos de Texas.