En un caso desgarrador que ha conmocionado a la sociedad, el fiscal ha rebajado la petición de pena de cárcel de 22 años a 16 años y medio para un hombre acusado de agredir sexualmente a su hijastra, una niña que en ese momento tenía apenas 10 años. Este ajuste se dio durante el juicio que se está llevando a cabo en la Audiencia Provincial de Cantabria, donde el acusado ha admitido los hechos y ha pedido perdón por lo sucedido.
Detalles del Caso
La reducción de la pena se fundamenta en la consideración del fiscal de que el delito de agresión sexual fue continuado durante meses, mientras que los cargos por elaboración de pornografía infantil y exhibicionismo no fueron considerados como continuos. A pesar de esta disminución, la indemnización por daño moral a la menor se mantiene en 20,000 euros. En las audiencias, se presentó la declaración grabada de la víctima, quien ahora tiene 12 años y relató, con gran dolor, los actos sexuales a los que fue sometida.
El acusado, quien era el esposo de la madre de la menor, reconoció que su relación con la víctima era de tipo paternal y que las agresiones comenzaron cuando llegaron a España desde Perú en febrero de 2024. Las agresiones sexuales, que incluían tocamientos y penetraciones, se llevaban a cabo en el dormitorio de la niña, donde el hombre se encargaba de su cuidado por las noches.
Reconocimiento de Hechos y Consecuencias
Durante el juicio, el acusado admitió haber grabado algunos de los abusos y pidió a la niña que se tomara fotos desnuda, además de obligarla a realizar actos sexuales. Tras reconocer la gravedad de sus acciones y expresar su vergüenza, las partes involucradas renunciaron a la práctica de testigos, considerando suficiente la prueba documental presentada.
La menor, al declarar, manifestó que durante mucho tiempo no dijo nada por miedo, creyendo que si hablaba, algo malo podría sucederle a su familia. Contó que los abusos comenzaron con tocamientos en Perú y se intensificaron tras su llegada a España, donde el acusado utilizaba una “cortina negra” para ocultar sus actos a su esposa. La pesadilla terminó cuando la madre de la niña encontró los videos en el celular del acusado tras un altercado en el hogar.
Este caso resalta la importancia de la protección de los menores y la necesidad de visibilizar las realidades del abuso familiar, generando un llamado a la sociedad para estar alerta y actuar en defensa de quienes no pueden hacerlo por sí mismos.