La preocupación de los vecinos de la provincia de Córdoba se intensifica tras el reciente llamado de atención sobre los residuos de uranio que dejó una minera en la cadena montañosa de Los Gigantes. Entre 1982 y 1989, la empresa Minera Sánchez Granel Ingeniería S.A. extrajo uranio, generando alrededor de cuatro millones de toneladas de desechos, sólidos y líquidos, que aún se encuentran en cinco diques construidos al pie de la montaña.
La situación se tornó crítica esta semana cuando un informe del portal No a la Mina indicó que la geomembrana del Dique 3, que asegura la impermeabilización de los residuos, había sufrido una rotura. Este rumor provocó la rápida reacción de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que desmintió la información, asegurando que “no se ha registrado ninguna rotura reciente en los diques” y que no existe riesgo de contaminación ambiental.
Preocupaciones persistentes y antecedentes de riesgo
No obstante, la CNEA reconoció que un incidente similar ocurrió en septiembre de 2021, cuando vientos de más de 100 km/h dañaron la membrana de un dique auxiliar, aunque aseguraron que este hecho no tuvo impacto ambiental y fue reparado en 2023.
La comunidad sigue inquieta, especialmente porque las cuencas hídricas que rodean el macizo de Los Gigantes abastecen de agua potable a ciudades cercanas como Villa Carlos Paz y Tanti, que se encuentran a solo 30 kilómetros de distancia. La historia de la extracción de uranio en la región revive temores sobre posibles catástrofes naturales que podrían liberar los residuos, recordando la tragedia de Mina Gerais en Brasil.
Integrantes de la Asociación de Amigos del Río San Antonio (ADARSA) han expresado su angustia, enfatizando que cualquier desastre podría tener consecuencias devastadoras. A pesar de esto, el atractivo turístico de Los Gigantes no se ha visto afectado, ya que la región es popular entre quienes practican trekking y escalada, con más de 400 rutas equipadas.
Un pasivo ambiental ignorado
Un informe de La Voz reveló que en 2008, el Banco Mundial aprobó un crédito de 30 millones de dólares para remediar el pasivo ambiental en el complejo minero, pero este proyecto permanece inconcluso. La realidad es que el legado de la minería en Los Gigantes continúa siendo una sombra sobre la salud ambiental y la seguridad de las comunidades cercanas.
El uranio, un elemento químico radiactivo, es uno de los más abundantes en la corteza terrestre y su extracción no solo ha dejado huellas en el paisaje, sino también en el bienestar de miles de personas que viven en la proximidad de estos diques. A medida que la comunidad exige respuestas, la historia de la minería en Córdoba se convierte en un recordatorio de los peligros que pueden surgir de la actividad industrial irresponsable.