Las autoridades de Sudáfrica han decidido reabrir la investigación sobre la muerte del destacado activista Steve Biko, un hecho que ocurrió hace casi 50 años. Biko, quien se convirtió en un símbolo de la lucha contra el Apartheid, falleció el 12 de septiembre de 1977, bajo circunstancias trágicas y controvertidas que involucraron torturas por parte de las fuerzas de seguridad del país.
Un legado marcado por la injusticia
La muerte de Biko desató una oleada de críticas internacionales hacia el régimen del Apartheid, aunque, sorprendentemente, no se llevaron a cabo procedimientos judiciales contra los responsables en ese momento. La Fiscalía sudafricana anunció en un mensaje a través de su cuenta en la red social X que el objetivo principal de esta reapertura es presentar pruebas ante el tribunal que determinen si su fallecimiento resultó de un acto delictivo por parte de algún individuo.
Es importante recordar que Biko fue detenido junto a otro activista, Peter Jones, en un puesto de control cerca de Grahamstown. Posteriormente, fue trasladado a una comisaría en Port Elizabeth, donde se reporta que fue torturado mientras permanecía esposado y desnudo en una celda. Solo después de 24 días de sufrimiento, se solicitó asistencia médica cuando se observó que tenía ‘espuma’ en la boca.
La controversia persiste
El 11 de septiembre de 1977, Biko fue llevado inconsciente a un hospital en Pretoria, a más de 1,200 kilómetros de donde fue detenido, y murió al día siguiente. Las autoridades registraron como causa de su muerte daños cerebrales y un fallo renal, mientras que la versión de sus captores, quienes alegaron que el activista se golpeó la cabeza contra una pared, fue aceptada por el juez, quien exoneró a los sospechosos de cualquier responsabilidad.
Curiosamente, 20 años después, cinco ex-agentes testificaron ante la Comisión de Verdad y Reconciliación, que investigó los crímenes del Apartheid, admitiendo que habían proporcionado declaraciones falsas sobre la muerte de Biko. Este nuevo enfoque de las autoridades podría abrir una puerta a la justicia que ha estado cerrada por demasiado tiempo, recordando la importancia de la lucha por los derechos humanos en Sudáfrica y el impacto que tuvo Biko en ese movimiento.
La reactivación de esta investigación resuena no solo en Sudáfrica, sino también en el corazón de quienes luchan contra la injusticia en todo el mundo, y subraya la necesidad de enfrentar el pasado para construir un futuro más justo.