El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado sus amenazas de desplegar a la Guardia Nacional en Chicago, a la que ha calificado como “una de las más peligrosas del mundo”. Esta declaración se produce en el contexto de su ofensiva contra el crimen organizado que comenzó en Washington D.C. a principios de agosto.
En un mensaje publicado en su cuenta de Truth Social, Trump advirtió que “Chicago está a punto de descubrir por qué se llama Departamento de Guerra”, insinuando un aumento drástico en las deportaciones. Cabe recordar que, en junio, ordenó a las autoridades migratorias implementar “el mayor programa de deportación masiva de la historia” en las ciudades más pobladas del país, incluyendo Chicago, que ocupa el tercer lugar.
Reacción de las autoridades locales
Las declaraciones de Trump han generado una fuerte oposición entre los líderes locales. El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, interpretó las palabras del presidente como una amenaza de guerra, afirmando: “Esto no es normal. Donald Trump no es un dictador, es un hombre temeroso. Illinois no se dejará intimidar por un aspirante a dictador”.
Por su parte, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, expresó que las afirmaciones de Trump indican su intención de “ocupar nuestra ciudad y romper nuestra Constitución”. La tensión entre el gobierno federal y las autoridades locales es palpable, y los líderes de la ciudad han dejado claro que no están dispuestos a aceptar tales amenazas.
Preparativos para el despliegue
Trump confirmó el martes que planea enviar tropas de la Guardia Nacional a Chicago, argumentando que tiene la “obligación” de proteger al país. Durante una rueda de prensa, mencionó que “20 personas han sido asesinadas en las últimas dos semanas y media y 75 han recibido disparos”, justificando así su intervención.
Posteriormente, Pritzker aseguró tener “motivos para creer” que la administración Trump ya comenzó a preparar el despliegue de tropas en Chicago y a iniciar redadas masivas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Indicó que fuentes confiables le habían confirmado que algunos agentes federales armados y vehículos militares ya habían llegado y comenzado a desplegarse en propiedades federales.
La situación es alarmante para los residentes de Chicago, quienes temen que las acciones del gobierno federal generen un clima de terror y crueldad, en lugar de garantizar su seguridad. “El terror y la crueldad son el objetivo, no la seguridad de quienes viven aquí”, advirtió Pritzker, reflejando la preocupación de muchos en la ciudad.
La realidad es que este enfrentamiento entre el gobierno federal y las autoridades locales podría marcar un nuevo capítulo en la política migratoria de Estados Unidos, con Chicago en el centro de la controversia.
