En un contundente desafío a la hegemonía occidental, los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, se manifestaron enérgicamente contra Estados Unidos y sus aliados durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada en la ciudad portuaria de Tianjin. Ambos líderes propusieron la creación de un orden mundial multipolar, alejándose de la influencia de Occidente.
Críticas a la hegemonía occidental
Durante su intervención, Xi Jinping denunció el “comportamiento intimidatorio” de ciertos países, haciendo alusión directa a Washington, y llamó a rechazar la “mentalidad de la Guerra Fría”. Defendió el multilateralismo y la importancia de instituciones como la ONU y la OMC, abogando por “una globalización inclusiva” en un contexto marcado por tensiones comerciales con Estados Unidos.
Por su parte, Putin responsabilizó a Occidente de la prolongada guerra en Ucrania, señalando que “esta crisis fue resultado de un golpe de Estado apoyado por Occidente”. Afirmó que la OTAN intenta arrastrar a Kiev a su órbita y, en un giro diplomático, se reunió con el primer ministro indio, Narendra Modi, quien elogió la alianza “estratégica y privilegiada” con Moscú y pidió un cese al fuego en el conflicto.
Un bloque en crecimiento
La OCS, que incluye a potencias como China, Rusia, India, Pakistán, Irán y varias exrepúblicas soviéticas, representa casi la mitad de la población mundial y el 23.5% del PIB global. Con este bloque, Moscú y Beijing buscan crear un contrapeso frente a la OTAN y consolidar su influencia en la gobernanza global.
En un contexto de creciente tensión, los miembros de la OCS condenaron los bombardeos de Israel y Estados Unidos en Irán, exigiendo un alto al fuego duradero en Gaza, con acceso irrestricto para la ayuda humanitaria. Mientras tanto, Putin se preparaba para encuentros con el presidente iraní Masud Pezeshkian y agradeció a Recep Tayyip Erdogan por su papel mediador en el conflicto de Ucrania.
Es notable que este encuentro se da en momentos en que India enfrenta sanciones arancelarias por parte de Washington debido a la compra de crudo ruso, y a pocos días de un desfile militar en Beijing para conmemorar el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, donde se espera la presencia del líder norcoreano Kim Jong Un.
Con un bloque en expansión y mensajes cada vez más firmes, Beijing y Moscú están construyendo una narrativa alternativa que desafía directamente la primacía de Occidente en el escenario internacional.
