El gusano barrenador se está saliendo de control en México, donde hasta el 17 de agosto de 2025 se han reportado 5,086 casos de infestación en animales, lo que representa un incremento del 53% comparado con julio. La mayoría de los casos se han detectado en ganado bovino, pero también se han reportado infestaciones en perros, caballos y ovejas, lo que ha encendido las alarmas en todo el país.
Impacto en la salud y la economía
Neal Wilkins, director de la East Foundation, advirtió que este repunte en pleno verano indica que el brote “no está bajo control”. La preocupación no se limita a México; en Estados Unidos temen que la expansión hacia el norte pueda costarle a Texas, principal estado productor de carne, hasta 1,800 millones de dólares en pérdidas, según estimaciones del gobierno estadounidense.
La Secretaría de Agricultura explica que el gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax) es una larva que se alimenta de tejido vivo. Las moscas depositan sus huevos en heridas abiertas, y una vez que eclosionan, las larvas utilizan piezas bucales en forma de gancho para devorar la carne, lo que puede provocar la muerte del animal en menos de dos semanas si no recibe tratamiento. Los síntomas más comunes incluyen fiebre, depresión, inapetencia y heridas con larvas visibles.
Medidas preventivas y colaboración internacional
No solo el ganado está en riesgo; también mascotas como perros y gatos pueden ser víctimas, lo que eleva la urgencia de implementar medidas preventivas entre dueños y veterinarios. La propagación del gusano ocurre tanto por la movilidad de animales infectados como por la capacidad de vuelo de la mosca, capaz de desplazarse hasta 290 kilómetros en una semana.
Como se mencionó anteriormente, México y Estados Unidos están levantando en Chiapas una planta para producir 100 millones de moscas estériles por semana, parte de una estrategia biológica para reducir la población fértil del parásito. Esta instalación contará con una inversión conjunta de 51 millones de dólares, aumentando la capacidad continental a 200 millones de moscas estériles semanales.
El gobierno estadounidense también anunció que enviará un equipo a México para verificar los protocolos de control, buscando frenar el avance hacia el norte. Entre las recomendaciones oficiales se destacan revisar diariamente al ganado y a las mascotas, tratar cualquier herida con larvicidas y notificar de inmediato al SENASICA ante sospechas de infestación.
La plaga no solo amenaza la salud animal, sino también la economía mexicana. El cierre temporal de la frontera para exportaciones de ganado ha provocado pérdidas estimadas en 700 millones de dólares. En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que ya existen “criterios técnicos” para controlar la plaga y que la exportación a Estados Unidos podría reanudarse antes de noviembre, subrayando que “estas decisiones no pueden tomarse con subjetividad porque afectan a demasiada gente”.
Aunque la infestación se asocia principalmente al ganado, ya se han documentado contagios en personas. Según BBC, las autoridades de Estados Unidos confirmaron el primer caso en humanos de gusano barrenador del Nuevo Mundo: un paciente que viajó a El Salvador y fue diagnosticado el 4 de agosto en Maryland. A pesar del diagnóstico, el individuo se recuperó sin complicaciones, y las autoridades subrayaron que el riesgo para la población general en Estados Unidos es bajo.
