El mercadillo del Hotel Reina Victoria en Madrid, que prometía ser la liquidación de mobiliario más esperada del año, ha desatado un verdadero caos. Desde el 5 hasta el 7 de septiembre de 2025, este evento ha atraído a miles de madrileños y curiosos de otras ciudades que esperaban encontrar gangas como “camas de hotel por 100 euros”. Sin embargo, lo que se encontraron fue un panorama muy diferente, desbordado por la frustración y el descontento.
Una entrada inesperada y largas filas
El mercadillo, ubicado en Plaza Santa Ana número 14, requiere entrada para acceder, algo que tomó por sorpresa a muchos de los visitantes. Las entradas se agotaron en minutos, y el personal de seguridad se vio obligado a recordar incansablemente que “sin entrada no se puede entrar”. Esto generó largas filas de clientes con boletos, mientras otros intentaban colarse sin éxito.
Un asistente expresó su indignación a El Confidencial, comentando: “Esto es una tomadura de pelo, no puede ser que nos tengan una hora haciendo cola para entrar a pegarnos por los muebles”. A pesar de la frustración, este mismo hombre salió con una Smart TV de 43 pulgadas por tan solo 70 euros, un claro reflejo de la ambivalencia de la situación.
Precios sorprendentes y reacciones en redes
Los precios han dejado atónitos a muchos turistas, como un sofá que se ofrece por 90 euros, mientras que en Francia podría costar 4,000 euros. Sin embargo, no todo es oro lo que reluce; las butacas chaise longue inspiradas en Los Eames son, de hecho, réplicas, vendidas a unos 65 euros. La realidad es que, a pesar de las quejas sobre la falta de disponibilidad de productos interesantes desde el inicio, quienes logran entrar terminan saliendo con brazos llenos de compras.
Las redes sociales se han inundado de críticas, con usuarios denunciando el descontrol en la gestión del evento y la percepción de que los artículos más atractivos fueron adquiridos por los organizadores antes de que el público tuviera oportunidad de comprarlos. Un usuario de X escribió: “Fatal la gestión de los responsables del Hotel ME Madrid Reina Victoria, que primero anunciaron la entrada libre y luego cambiaron sin avisar”.
A pesar del descontento, el mercadillo continúa atrayendo a interesados, incluso quienes no logran obtener lo que buscaban. Algunos usuarios se han mostrado optimistas, preguntando si habrá más productos disponibles en el segundo día del evento. La compra impulsiva parece ser la norma, con solo 45 minutos para explorar el recinto, lo que provoca una atmósfera de urgencia que deja poco espacio para reflexionar sobre la necesidad de cada compra.
En medio de la locura del mercadillo, muchos se preguntan si la experiencia valdrá la pena. Mientras tanto, otros recuerdan que, tras el cierre de otro hotel, el Ars de Barcelona, su mobiliario fue donado a damnificados, mostrando una alternativa más solidaria ante el cierre de un negocio.