La industria de la robótica en China continúa sorprendiendo con sus avances. Después de que los robots lograran realizar acrobacias y movimientos cada vez más complejos, ahora se busca dotarlos de gestos y expresiones faciales que los hagan parecer más humanos. Un ejemplo notable es el prototipo desarrollado por AheadForm, una compañía establecida en 2024, que ha presentado una cabeza robótica capaz de mirar, parpadear y reaccionar con expresiones realistas.
Este modelo, denominado Origin M1, incorpora hasta 25 motores brushless que permiten coordinar movimientos sutiles como asentir, fruncir el ceño o seguir la mirada de quienes interactúan con él. Además, está equipado con cámaras en las pupilas, micrófonos y altavoces, lo que le permite captar su entorno y responder en tiempo real.
El objetivo de AheadForm es facilitar interacciones más naturales entre humanos y máquinas, combinando modelos de lenguaje con expresiones convincentes. Aunque este modelo no está disponible comercialmente en la actualidad, la empresa contempla aplicaciones en diversas áreas como atención al cliente, educación y asistencia sanitaria, donde gestos como una sonrisa o un asentimiento podrían generar mayor confianza.
La propuesta de AheadForm se apoya en investigaciones académicas recientes. En 2024, la revista Science Robotics publicó un estudio dirigido por Yuhang Hu, que demostraba la capacidad de un robot para predecir y reproducir expresiones humanas en tiempo real, un trabajo que se alinea con los objetivos de la compañía.
Estos desarrollos son parte de una estrategia más amplia de China para posicionarse como líder en el ámbito de la robótica humanoide. En los últimos meses, el país ha llevado a cabo demostraciones impresionantes, como combates de kickboxing con robots Unidad G1 en el CMG World Robot Contest Series, y la participación de 21 humanoides en un recorrido paralelo durante la media maratón de Pekín, aunque con asistencia técnica y limitaciones evidentes.
A través de estos avances, China no solo busca la innovación tecnológica, sino también avanzar hacia un futuro donde la interacción entre personas y máquinas se perciba de manera más natural y cercana.