La energía solar se ha convertido en una opción cada vez más popular en muchas partes del mundo, y en España, su instalación ha aumentado notablemente. Sin embargo, aunque se asocie con beneficios económicos y medioambientales, muchos usuarios desconocen que existen factores que pueden comprometer la eficiencia de sus paneles solares sin que lo noten. Un estudio del CIEMAT revela que una mala orientación y la falta de mantenimiento pueden disminuir el Retorno de la Inversión (ROI) entre un 15% y un 40%.
La importancia de la ubicación es clave. En España, el clima soleado favorece la instalación de paneles fotovoltaicos, pero no basta con colocarlos sin un análisis previo. La primera consideración es la orientación de los paneles, que debe ser hacia el sur con una inclinación de entre 30 y 40 grados. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), desviaciones de hasta 45 grados hacia el este o el oeste pueden resultar en pérdidas de rendimiento del 10% al 15% anual.
Otro aspecto crucial es el mantenimiento regular. La acumulación de suciedad, que puede ocurrir en un período de seis meses, podría reducir la eficiencia de los paneles en un 15%, según datos de la National Renewable Energy Laboratory. En términos económicos, esto podría traducirse en una pérdida de hasta 150 euros anuales en una instalación promedio. Por lo tanto, es recomendable realizar limpiezas periódicas con agua desionizada y un cepillo suave para preservar el funcionamiento óptimo de los paneles.
A la hora de planificar la instalación, es fundamental evaluar el consumo energético del hogar. La producción de energía que se necesita dependerá del uso diario, y esto debe guiar la decisión sobre la potencia de los paneles a instalar. Aunque puede parecer tentador optar por una instalación con mayor capacidad, esto no siempre es la mejor estrategia, ya que los excedentes de energía suelen compensarse con precios bajos en el mercado, lo que podría alargar el tiempo de amortización.
La tecnología de los paneles también influye en su rendimiento. Existen diferentes tipos, como los paneles monocristalinos, policristalinos y de capa fina, cada uno con sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, los paneles monocristalinos tienen una eficiencia que oscila entre el 19% y el 22%, siendo ideales para espacios limitados y climas cálidos. Por otro lado, los policristalinos, con una eficiencia del 16% al 18%, son más económicos pero requieren más espacio.
Además, la interacción entre los paneles y los inversores es fundamental para maximizar la eficiencia. En situaciones donde se presentan sombras parciales, se recomienda el uso de inversores individuales o optimizadores de potencia, lo cual puede reducir pérdidas de hasta el 25% en comparación con sistemas de string tradicionales.
Las revisiones regulares son otra parte esencial del mantenimiento. Entre las acciones recomendadas se incluyen inspecciones visuales trimestrales para detectar fisuras o suciedad, así como la verificación anual de sombras y el estado de la estructura de soporte. Con una adecuada monitorización del rendimiento, a través de aplicaciones del fabricante, es posible comparar la producción de energía de los paneles con meses anteriores y detectar anomalías a tiempo.
María González, técnica especializada en energía solar, enfatiza la importancia de consultar a un profesional antes de tomar decisiones. “Es vital que los propietarios se asesoren adecuadamente para evitar ineficiencias que puedan comprometer la inversión y el rendimiento de sus instalaciones”, comenta.
Finalmente, es útil aclarar algunas dudas comunes. La orientación óptima para los paneles solares en España es hacia el sur, con una inclinación de aproximadamente 35 grados. Y respecto a la instalación de más potencia de la necesaria, no siempre es recomendable, ya que los excedentes generan compensaciones económicas bajas, lo que puede alargar el tiempo de amortización. Por ello, tanto la potencia como la eficiencia de los paneles deben ser consideradas en conjunto.
