Desde la llegada de la inteligencia artificial (IA), ha existido la expectativa de que esta tecnología aumentaría la productividad de los equipos de trabajo al asumir tareas específicas, incluso llegando a reemplazar a los humanos en ciertas áreas. Jensen Huang, director ejecutivo de Nvidia, expresó recientemente que, con el tiempo, los conocimientos de programación de las personas se volverán irrelevantes debido a la IA. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por Model Evaluation and Threat Research y mencionado por Fortune ha puesto en duda esta afirmación, revelando que la IA no necesariamente mejora la productividad en todos los casos y, de hecho, puede entorpecer algunos procesos, como el desarrollo de software.
Los hallazgos del estudio indican que programadores con mayor experiencia pueden realizar sus tareas más rápidamente utilizando únicamente sus habilidades, en comparación con el uso de herramientas de IA. El experimento involucró a 16 desarrolladores de software con aproximadamente cinco años de experiencia. Se les solicitó completar 246 tareas con la ayuda de herramientas de IA. A pesar de que los participantes tenían una visión optimista al inicio, creyendo que la IA podría reducir su tiempo de trabajo en un 24%, los resultados fueron contrarios a sus expectativas. Al utilizar editores de código con IA, como Cursor Pro y modelos como Claude 3.5 y 3.7 Sonnet, los programadores tardaron un 19% más en concluir las mismas tareas que sin asistencia tecnológica.
Los investigadores exploraron las razones detrás de este fenómeno. Muchos de los participantes informaron que, aunque los resultados de la IA eran útiles en términos generales, el código generado no siempre se ajustaba con precisión a los requisitos del proyecto. Esto llevó a los desarrolladores a dedicar más tiempo a depurar, corregir y ajustar los resultados. La pregunta que surge es si la IA realmente actúa como un copiloto para todos.
El análisis no implica que las herramientas de inteligencia artificial carezcan de utilidad en programación. Según el estudio, los desarrolladores novatos o con menos experiencia tienden a beneficiarse más de un asistente que les ofrece sugerencias de código, corrige errores y les orienta en tareas repetitivas. El verdadero desafío aparece cuando se trata de profesionales con un amplio bagaje en el área. Para estos expertos, la IA puede transformarse en un obstáculo en lugar de una ayuda, ya que introduce un código que no siempre es óptimo y requiere tiempo adicional para su verificación. En resumen, mientras que un principiante puede considerar cualquier sugerencia como un avance, un programador senior tiene la capacidad de identificar errores, matices y mejoras que la IA aún no puede alcanzar.