En la mañana del 21 de agosto de 2025, un dron cargado de explosivos atacó a dos helicópteros de la Policía Nacional de Colombia en la zona rural de Amalfi, Antioquia, mientras realizaban operativos contra grupos armados ilegales. Este ataque representa un nuevo nivel de amenaza en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en la región, que ha sido históricamente un foco de conflictos.
Los helicópteros estaban involucrados en una misión de vigilancia y control en una área donde las actividades criminales han aumentado en los últimos meses. La situación de la tripulación que viajaba en las aeronaves aún es incierta, lo que ha generado preocupación entre las autoridades y la población local.
Contexto del ataque
Amalfi, una localidad conocida por ser parte del corredor del narcotráfico, ha visto un incremento en la actividad de grupos armados ilegales que operan en la región. La Policía Nacional ha intensificado sus operativos para combatir esta situación, lo que ha llevado a un aumento en las tensiones entre las fuerzas del orden y los delincuentes.
El uso de drones en ataques directos contra las fuerzas de seguridad es una táctica relativamente nueva en Colombia, lo que subraya la adaptación de los grupos criminales a las tecnologías modernas. Este incidente podría marcar un punto de inflexión en la forma en que se llevan a cabo los operativos de seguridad en el país.
Reacciones de las autoridades
Las autoridades colombianas han iniciado una investigación para determinar las circunstancias del ataque y la identidad de los responsables. Es importante subrayar que, hasta el momento, no se han reportado heridos, pero la situación sigue siendo tensa y se están tomando medidas adicionales para garantizar la seguridad de los operativos en la región.
La comunidad de Amalfi, que ha sufrido las consecuencias de la violencia, espera respuestas rápidas y efectivas de las autoridades, quienes deben enfrentar no solo la amenaza inmediata, sino también las raíces del problema que alimentan la violencia en la región.
Este ataque pone de relieve la necesidad de un enfoque más integral en la seguridad y el desarrollo social en Antioquia, donde la lucha contra el crimen organizado continúa siendo un desafío para el gobierno colombiano.
