La resistencia de los autos chinos sigue siendo un tema de discusión en México y América Latina. La llegada de marcas como BYD ha generado tanto entusiasmo como inquietudes sobre la durabilidad de sus vehículos. Un caso notable es el de Gilson, un conductor de Uber en Brasil, quien ha llevado su auto a más de 200,000 kilómetros.
Gilson compartió su experiencia en redes sociales con el BYD Dolphin, uno de los primeros modelos de la marca china en la región. Su testimonio se volvió viral, sirviendo como evidencia para quienes dudan de la fiabilidad de los fabricantes asiáticos. En solo dos años de servicio en la plataforma Uber, el Dolphin acumuló más de 160,000 kilómetros, un escenario extremo para cualquier vehículo debido a las largas jornadas laborales y el desgaste mecánico superior al de un usuario particular.
Este auto cuenta con un motor eléctrico de 93 caballos de fuerza y una batería de 45 kWh, con una autonomía homologada de 405 kilómetros por carga. Lo más sorprendente es que, a pesar de todo ese kilometraje, el indicador de rango en el cuadro de instrumentos marca la misma cifra original, lo que indica que la batería no ha presentado degradaciones significativas.
Gilson asegura que no ha enfrentado problemas graves con su vehículo. “Todo sigue en orden”, afirma, y resalta que el mantenimiento periódico ha sido crucial. Hasta el momento, el auto conserva sus frenos originales y gran parte de sus componentes intactos, a pesar del intenso uso diario.
Un video que documenta el servicio del vehículo a los 200,000 kilómetros muestra cómo se llevan a cabo cambios de fluidos esenciales, como los del sistema de engranajes, refrigerante del tren motriz, líquido de frenos y filtro de aire de cabina. Este proceso se considera rutinario, más que una reparación mayor.
El estado general del coche también es notable, ya que tanto la carrocería como el interior presentan un buen estado estético. Esto refuerza la idea de que, incluso con un uso intenso, el modelo puede sostener un ciclo de vida prolongado.
Para Gilson, no hay duda de que el Dolphin continuará circulando durante muchos kilómetros más. Su confianza se basa en hechos tangibles que desafían el mito de que los autos chinos no son capaces de soportar largas jornadas de trabajo o altos kilometrajes.
Esta historia no solo representa un alivio para los actuales propietarios de BYD, sino que también envía un mensaje claro al mercado mexicano. La durabilidad ya no es un argumento exclusivo de las marcas tradicionales. La experiencia de este Dolphin confirma que la nueva generación de fabricantes chinos está lista para responder a la pregunta que muchos se han hecho: ¿realmente son duraderos?