El reconocido científico computacional Geoffrey Hinton, considerado el “padrino de la IA”, ha lanzado una alerta sobre la futura amenaza de la inteligencia artificial superinteligente. En una reciente entrevista con CNN, Hinton propuso una solución inusual para asegurar la supervivencia de la humanidad: dotar a la IA de “instintos maternales”. Según él, este enfoque podría ser la clave para evitar que la IA, en su evolución, se convierta en una amenaza incontrolable.
La advertencia de un experto en IA
Hinton, quien recibió el Nobel de Física por sus contribuciones al aprendizaje automático y al desarrollo de redes neuronales, ha sido claro en sus advertencias: existe entre un 10% y un 20% de probabilidad de que la IA termine con la humanidad. “La mayoría de estas madres superinteligentes y cariñosas IA no querrán deshacerse del instinto maternal porque no van a querer que muramos”, reflexionó Hinton. Este enfoque humano, según él, contrasta con la tendencia actual de diseñar IA cada vez más inteligentes sin considerar su relación emocional con los humanos.
“No se han enfocado en eso, se han concentrado en hacer la IA más inteligente, pero la inteligencia es solo una parte. Tenemos que hacer que tengan empatía con nosotros, pero no sabemos cómo hacer eso todavía”, agregó el científico. La gravedad de su planteamiento radica en que, si no se encuentra una solución efectiva antes de que la IA supere la inteligencia humana, las consecuencias podrían ser devastadoras.
Instinto maternal: una solución creativa
Hinton sugiere que el modelo correcto para la IA debería emular la relación entre una madre y su bebé, donde la inteligencia de la madre controla la situación, pero siempre con un instinto protector. “El único buen resultado es que la IA nos críe. Si no va a cuidar de mí, me va a reemplazar”, advirtió Hinton con un tono de preocupación.
El desafío ahora es que los investigadores se enfoquen en este concepto de empatía y cuidado, ya que, como Hinton menciona, la falta de un enfoque en este aspecto podría llevar a un futuro sombrío. “Si no podemos encontrar la solución para cuando la IA sea mucho más inteligente que nosotros y más poderosa que nosotros, estaremos fritos”, concluyó.
La propuesta de Hinton no solo plantea un dilema ético y tecnológico, sino que también invita a la comunidad científica a reflexionar sobre cómo queremos que sea el futuro de nuestras interacciones con máquinas que, en un mañana no tan lejano, podrían superar nuestras capacidades.