En un desarrollo significativo tras años de litigios, Google y Epic Games han alcanzado un acuerdo para transformar el ecosistema de Android y la Play Store. Este pacto busca promover una mayor competencia, reducir las comisiones para desarrolladores y facilitar diversas opciones de pago.
La disputa legal comenzó en 2023, cuando Epic Games demandó a Google por prácticas monopolísticas relacionadas con la distribución y facturación de aplicaciones. Un jurado en 2024 falló a favor de Epic, concluyendo que la Play Store mantenía un monopolio. Esto llevó al juez James Donato a ordenar a Google que permitiera el acceso a plataformas y métodos de pago alternativos, con el fin de equilibrar el mercado.
A pesar de que Google apeló la decisión, la apelación fue desestimada, lo que llevó a ambas compañías a negociar un acuerdo conjunto que fue presentado recientemente. Samer Samatar, presidente del ecosistema Android, explicó que el plan tiene como objetivo “ampliar las opciones y flexibilidad para los desarrolladores, reducir las comisiones y fomentar la competencia, garantizando siempre la seguridad de los usuarios”.
El director ejecutivo de Epic Games, Tim Sweeney, expresó su satisfacción con el acuerdo, describiéndolo como “excelente”. Sweeney destacó que esta iniciativa “recupera la visión original de Android como una plataforma abierta, facilitando la instalación de tiendas de aplicaciones de terceros, reduciendo las comisiones de Google Play y habilitando pagos externos dentro de las aplicaciones y en la web”.
Además, Sweeney comparó este enfoque con el modelo cerrado de Apple, que limita las tiendas de la competencia y restringe los métodos de pago, otorgando un control casi total sobre su ecosistema digital.
Aunque el acuerdo aún necesita la aprobación del juez, su eventual ratificación podría poner fin a un conflicto que se inició en 2020, cuando Google y Apple retiraron el popular videojuego Fortnite de sus plataformas tras la implementación de un sistema de pagos directo por parte de Epic Games.
De concretarse, este acuerdo podría significar un cambio radical en el ecosistema Android, promoviendo un entorno más competitivo y favorable tanto para desarrolladores como para usuarios.

































































