En un inesperado cambio de estrategia, Honda ha decidido cancelar el desarrollo de su SUV eléctrico más grande, un ambicioso proyecto que estaba planeado para debutar en Estados Unidos en 2027. Esta decisión no responde a problemas técnicos ni de producción, sino a un giro político en el país norteamericano. Según reporta Nikkei Asia, el motivo principal es la eliminación de un incentivo fiscal de 7,500 dólares para vehículos eléctricos, parte de las reformas promovidas por la administración Trump.
La noticia ha resonado en toda la industria automotriz, afectando no solo a Honda, sino también a otros gigantes como Ford y Toyota, que ahora están reorientando sus recursos hacia modelos híbridos. Desde el anuncio de la eliminación de los incentivos, la demanda de vehículos eléctricos ha caído significativamente. Este cambio impacta a marcas que habían apostado por electrificar sus catálogos en un corto plazo. Honda, por su parte, ya había reducido su inversión proyectada en electrificación para 2030 en más de 21 mil millones de dólares.
A pesar de estos retos, Honda ha tenido cierto éxito con el Prologue, un SUV eléctrico fabricado en México, que ha vendido más de 16,000 unidades en los primeros seis meses de 2025 en Estados Unidos. Además, el Acura ZDX ha superado las expectativas, colocándose por encima de competidores como el Cadillac Lyriq. Sin embargo, la compañía parece preferir la cautela ante la incertidumbre del mercado.
Impacto en la carrera por la electrificación
El SUV eléctrico cancelado de Honda, que tenía un diseño similar al presentado por Max Verstappen durante el Gran Premio de Japón de Fórmula 1 en 2025, era parte de la Serie 0, una línea que aún incluye un sedán y otro SUV planificado para 2026. La cancelación de este modelo genera dudas sobre la posición de Honda en la carrera por la electrificación, especialmente frente a marcas coreanas como Hyundai y Kia, que avanzan en el segmento de los eléctricos familiares de gran tamaño.
En medio de este complejo panorama, Honda también está explorando una alianza con Nissan para fortalecer su presencia en el mercado estadounidense. Aunque una colaboración global previa fracasó, el contexto actual podría reavivar la necesidad de unir fuerzas. Todo indica que los híbridos tendrán un papel protagónico en la próxima década, mientras que las decisiones en cuanto a electrificación parecen estar siendo dictadas desde Washington.