Japón ha dado un paso significativo en el campo de las energías renovables con la instalación exitosa de su primera turbina mareomotriz conectada a la red eléctrica nacional. Este desarrollo, que tiene lugar en el estrecho de Naru, entre las Islas Goto, ha captado la atención del mundo por su capacidad de generar 1,1 megavatios de energía, suficiente para abastecer a una comunidad entera. La turbina, conocida como AR1100, marca un avance considerable en el uso de corrientes marinas como fuente de electricidad constante y sin emisiones.
La tecnología desarrollada por Proteus Marine Renewables se distingue por su diseño innovador. Equipada con un sistema de rotor de eje horizontal de tres palas y un mecanismo de orientación automático, la turbina ajusta su posición según el sentido de la marea, optimizando así la captación de energía en tiempo real. Esta solución no solo maximiza el rendimiento, sino que también integra un sistema de control de paso que asegura la eficiencia energética.
Un futuro energético más verde
Una de las ventajas más destacadas de la energía mareomotriz es su previsibilidad y uniformidad, características que la convierten en una alternativa fiable para descarbonizar el suministro eléctrico en zonas costeras e insulares. A diferencia de otras fuentes renovables como la solar o la eólica, la energía generada por las mareas no depende del clima, lo que garantiza un flujo energético constante.
El proyecto de la turbina AR1100 se basa en la experiencia adquirida con el modelo AR500, que operó en la misma región en 2021 con una disponibilidad del 97 %. El éxito del AR500 impulsó la ampliación del sistema y la incorporación de mejoras técnicas que prometen un rendimiento aún mayor y una vida útil más prolongada.
Consideraciones ambientales y sostenibilidad
La instalación de la turbina se realiza mediante una base por gravedad que descansa directamente sobre el lecho marino, minimizando el impacto ambiental y evitando intervenciones que podrían dañar el ecosistema marino. Este enfoque sostenible convierte a la turbina AR1100 en una opción compatible con zonas de gran valor natural, permitiendo un desarrollo energético responsable y en armonía con el entorno.
Japón, con su compromiso hacia un futuro más limpio, sigue liderando la innovación en energías renovables, demostrando que es posible conjugar tecnología avanzada con la preservación del medio ambiente. Con proyectos como este, el país asiático no solo mejora su autonomía energética, sino que también establece un ejemplo para el resto del mundo en la búsqueda de soluciones sostenibles.