VENECIA (EFE) — En un giro inesperado, Jude Law logra transformarse en Vladimir Putin con una simple peluca gris en la película “The Wizard of the Kremlin”, dirigida por Olivier Assayas, que compite por el León de Oro en el Festival de Venecia. Durante una rueda de prensa, el actor británico destacó que no utilizó prótesis ni máscaras para encarnar al presidente ruso, afirmando: “Es increíble lo que una peluca gris puede conseguir”.
El rostro detrás del poder
El filme, basado en la novela de Giuliano da Empoli, presenta el ascenso al poder de Putin a través de su asesor Vadim Baranov, interpretado por Paul Dano. Este personaje está inspirado en Vladislav Surkov, estratega político del Kremlin y arquitecto de la llamada “democracia gestionada”. Assayas explica que su cinta “muestra cómo se inventó la política del siglo XXI y cómo un diablo construyó la figura de Putin”.
Para preparar su papel, Jude Law dedicó horas a estudiar material audiovisual del líder ruso. “Aprendí judo”, comentó con humor, enfatizando la necesidad de comprender la psicología detrás de Putin.
Por su parte, Paul Dano subrayó la complejidad de su personaje, señalando que simplificar a Baranov como un villano sería una “simplificación enorme que traería más mal que bien”. La película se sitúa en la Rusia de finales de los años noventa, un periodo marcado por cambios políticos tras la salida de Boris Yeltsin, el surgimiento de los oligarcas y el deseo de libertad de gran parte de la población.
Reflexiones sobre el poder
El director Olivier Assayas reflexionó sobre el contexto actual, afirmando: “La política ha cambiado mucho… lo que está ocurriendo hoy no es solo aterrador, lo es más porque no hemos encontrado la respuesta”. En este escenario, Alicia Vikander interpreta a la primera novia de Baranov, un personaje que, según ella, actúa como un espejo que refleja la responsabilidad, moral y comportamientos del asesor.
Assayas resaltó la importancia de tener un personaje que defienda la libertad con fiereza en un entorno dominado por figuras masculinas ambiciosas. Para Jude Law, este proyecto ha sido una lección sobre el poder y su propia vida: “Me ha permitido darme cuenta de que lo importante es lo que eliges experimentar en la vida”, aseveró.
Finalmente, Giuliano da Empoli, autor de la novela en la que se basa la película, enfatizó el valor histórico de la historia que se cuenta: “Lo que es importante del libro y de la película es el momento en que se escribió, antes de la invasión de Ucrania. Habla de las raíces del poder de Putin y de la violencia que había desde el principio y cuya consecuencia es lo que tenemos hoy”.
En un festival donde el cine se convierte en una herramienta para explorar y reflexionar sobre realidades complejas, “The Wizard of the Kremlin” emerge como un filme que no solo entretiene, sino que también invita a cuestionar el poder y su representación en la narrativa contemporánea.
