La búsqueda de una mejor conexión WiFi en casa puede convertirse en un verdadero desafío. Tras experimentar con un repetidor, un kit de PLC y finalmente un sistema Mesh, puedo compartir mi recorrido y los resultados de cada una de estas soluciones. La realidad es que no todas ofrecen la misma efectividad, y los números lo demuestran.
Repetidor WiFi: una solución limitada
El primer dispositivo que probé fue un repetidor WiFi, un gadget pequeño que se conecta a la pared y amplifica la señal del router principal. Aunque la instalación fue sencilla, la experiencia fue decepcionante. A pesar de que la caja prometía velocidades de hasta 1,200 Mbps, en pruebas reales, especialmente a través de dos muros de ladrillo, apenas logré registrar 42 Mbps. Esto pone de manifiesto la importancia de evaluar el rendimiento en un entorno real y no solo confiar en las especificaciones del fabricante.
Mi conexión de fibra de 600 Mbps símétricos con el router Movistar HGU no logró hacer frente a los obstáculos de mi hogar. En la habitación más alejada, la señal era prácticamente inexistente. Al instalar el repetidor TP-Link RE305 en el pasillo, realicé cinco mediciones con Speedtest de Ookla, pero los resultados no fueron satisfactorios. La señal era débil y se creaba una nueva red, obligándome a cambiar manualmente de conexión. En resumen, un repetidor podría ser útil para mejorar ligeramente la cobertura, pero no es ideal para quienes buscan estabilidad y velocidad.
PLC: una opción más prometedora
Mi siguiente intento fue con un kit de PLC que prometía llevar internet a través del cableado eléctrico de la casa. La idea me pareció brillante: un dispositivo se conecta al router mediante cable Ethernet y el otro se coloca en la zona donde se necesita la señal. Opté por los devolo Magic 2, y aunque la mejora fue notable respecto al repetidor, no todo fue perfecto. La conexión se volvió más estable y la velocidad aumentó, pero a veces experimentaba microcortes y bajones de velocidad.
Un detalle importante que descubrí es que los PLC funcionan mejor si están conectados al mismo circuito eléctrico, algo que en mi hogar no siempre fue posible. Los dispositivos de TP-Link son también una opción a considerar, pues ofrecen un buen rendimiento a un coste más accesible. Para casas grandes con una buena instalación eléctrica, el uso de PLC puede ser una solución práctica.
Sistema Mesh: la solución definitiva
Finalmente, tras investigar y leer diversas opiniones, decidí invertir en un sistema WiFi Mesh de tres nodos. Desde el primer momento, noté la diferencia. Este sistema crea una única red WiFi que se gestiona automáticamente, evitando cortes al cambiar de habitación. La velocidad no solo fue más alta, sino increíblemente constante en toda la casa, incluso durante videollamadas desde el extremo opuesto.
Las actualizaciones son automáticas y puedes gestionar el sistema desde tu móvil, priorizando ciertos dispositivos o pausando la conexión en horarios específicos. Sin duda, la inversión en un sistema Mesh valió la pena, aunque representa la opción más cara de las tres. La diferencia en el rendimiento es abismal, haciendo que el costo adicional se justifique.
En conclusión, si estás buscando mejorar la cobertura WiFi en tu hogar, la elección dependerá de tus necesidades y presupuesto. Tras probar estas tres opciones, mi recomendación es clara: a veces, pagar un poco más por una solución definitiva como el sistema Mesh puede resultar más rentable que invertir en soluciones temporales. Lo importante es asegurarte de que tu conexión no sea un problema y puedas disfrutar de internet sin interrupciones en cualquier rincón de tu casa. Si ya has probado alguno de estos sistemas, me encantaría saber tu experiencia: ¿te funcionó mejor el PLC, el repetidor o el Mesh?
