La promesa de una pickup eléctrica asequible por parte de la startup Slate Auto se desvanece tras la reciente aprobación de un nuevo paquete fiscal por parte de la administración de Donald Trump. Este paquete elimina el crédito fiscal federal de $7,500 para vehículos eléctricos a partir de septiembre, lo que complica las proyecciones de precio que la empresa había anunciado anteriormente.
Cuando Slate Auto irrumpió en el mercado en abril, uno de sus principales atractivos era el precio de su pickup, que prometía ser “menos de $20,000 con incentivo federal incluido”. Sin embargo, esta cifra ya no aparece en su sitio web, según registros de Internet Archive, lo que indica un cambio significativo en su estrategia de comunicación.
La compañía, que cuenta con el respaldo de Jeff Bezos, no ha revelado el precio real del vehículo sin subsidios ni ha emitido declaraciones oficiales desde que retiró dicha cifra de su plataforma. Esta falta de transparencia ha generado incertidumbre entre los potenciales consumidores y los analistas del sector.
A pesar de que la pickup de Slate no entrará en producción hasta finales de 2026, el concepto detrás de este modelo gira en torno a la alta personalización, lo que implica que el modelo base, que podría aproximarse a la cifra prometida, probablemente no sea el más vendido. Este cambio en la estrategia de precios representa un golpe a la narrativa de accesibilidad que la empresa había utilizado para posicionarse en un mercado donde los precios promedio de pickups eléctricas superan fácilmente los $45,000.
En abril, el CEO de Slate Auto, Chris Barman, había afirmado con optimismo: “Estamos construyendo el vehículo asequible que siempre se prometió pero nunca se entregó”. Sin embargo, el nuevo panorama fiscal plantea serios desafíos para cumplir con esa visión. La eliminación de subsidios públicos puede hacer que la propuesta de Slate pierda atractivo frente a competidores establecidos que ya dominan el mercado de vehículos eléctricos.
A medida que se aproxima la firma del paquete fiscal por parte del presidente Trump, Slate Auto se enfrenta a un escenario más complicado. El sueño de ofrecer un modelo accesible parece estar condicionado a la realidad de un mercado sin incentivos gubernamentales. Este cambio puede alejar a los consumidores que buscan alternativas eléctricas más accesibles, lo que a su vez podría impactar las expectativas de ventas de la empresa.
Con la promesa de un vehículo asequible en entredicho, la atención se centra ahora en cómo Slate Auto ajustará su estrategia para atraer a consumidores que podrían estar desalentados por los altos precios de los vehículos eléctricos. La incertidumbre sobre el futuro de la empresa y su capacidad para cumplir con las expectativas generadas sigue creciendo, dejando a muchos en el sector a la espera de un pronunciamiento oficial que aclare los próximos pasos.