Durante años, he utilizado dispositivos como móviles, ordenadores y Smart TVs sin cuestionar su estado tras apagarlos. Sin embargo, mi curiosidad me llevó a investigar más profundamente sobre su funcionamiento, descubriendo que el concepto de “apagado” no es tan sencillo como parece.
Al revisar varios estudios técnicos, incluidos informes de la Electronic Frontier Foundation (EFF), me di cuenta de que muchos dispositivos, al ser apagados, en realidad entran en un estado de reposo. Esto significa que, lejos de desconectarse por completo, permanecen a la espera de ser reactivados. Es particularmente común en Smart TVs y asistentes de voz como Alexa o Google Nest.
Un hallazgo preocupante es que algunos fabricantes han sido acusados de mantener ciertos sensores activos incluso después de que los dispositivos son “apagados”. Esto plantea serias dudas sobre la privacidad del usuario, ya que existe la posibilidad de que estos dispositivos sigan recopilando datos o manteniendo conexiones activas.
Para aquellos que buscan desconectarse realmente, hay varias acciones que se pueden tomar. En primer lugar, es recomendable desenchufar los dispositivos que no se utilizan durante períodos prolongados, especialmente las Smart TVs, asistentes de voz y routers. Utilizar una regleta con interruptor puede ser una buena solución para garantizar que todos los dispositivos estén completamente apagados.
Además, es importante desactivar funciones como el encendido remoto y las actualizaciones automáticas, ya que estas requieren que el dispositivo permanezca en un estado de bajo consumo. También es esencial estar atentos a señales que indiquen que un dispositivo sigue activo. Por ejemplo, si la luz de red del router parpadea o si algunos LEDs permanecen encendidos, es una señal de que el dispositivo sigue conectado.
Investigaciones de seguridad, como las publicadas por Kaspersky Lab, respaldan estas inquietudes sobre los dispositivos en modo de espera. No todos los apagados son iguales, y muchas marcas no son transparentes sobre lo que realmente sucede cuando un aparato “descansa”.
Para ayudar a los usuarios a comprender mejor los riesgos asociados con el modo de espera de los dispositivos, se ha creado una tabla que identifica los principales aparatos en el hogar, sus riesgos específicos y soluciones para garantizar su desconexión total. Así, se pueden evitar problemas de privacidad y consumo innecesario de energía.
En resumen, aunque vivir completamente fuera del radar es complicado, existen medidas que se pueden implementar para proteger la privacidad y reducir el consumo energético. La desconexión física de los dispositivos sigue siendo la opción más efectiva.